Si encuentro una alegría la atrinchero
socavando el dolor profundamente,
me desvelo en su borde tenazmente
con vocación de muro y carcelero.
Si encuentro un breve sueño me apodero
de su vuelo fugaz y, fieramente,
lo aprieto entre mi puño firmemente,
lo mimo y lo alimento con esmero.
Cuánto esfuerzo banal, desvelo fútil:
si lanzara mis redes contra el viento
no obtendría cosecha más inútil.
Se divierten las penas del intento
y entrona la rutina su dios útil
condenando mi vida a su tormento.
Manuela Fernández Santamaría
Yo también me atrinchero en las alegrías, y peleo las tristezas...
ResponderEliminarpero procuro no dejarme minar por otras batallas de la vida.
Bonito poema, Manoly. Espero que la rutina y el tormento sean versos lanzados al viento....
Muchos besos!
Es ya un "viejo" soneto, y aquí sigo. Pero mis versos siempre son mi interior y ahí permanecen, no los lanzo al viento.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por entrar y comentar, cariño.Es muy bonito para mí que lo hagas. Un abrazo.
Siempre hay un motivo para disfrutar del verso y de la vida Manoly.
ResponderEliminarY tú lo haces con infinita delicadeza.
Un abrazo
Muchas gracias, Marian.
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