miércoles, 30 de noviembre de 2011

ALMENDRAS AMARGAS EN PARÍS




La voz se ahoga, en la orilla.
Los pies esperan a que vuelva el mar.
Inmóvil, me dejo llevar.
En la quietud de la palabra perdida.
Perdida pero sin moverme.

Soltera de equipajes llenos de ideas.
Miro el horizonte hasta ponerse el sol.
Observo las distancias.
Me hundo en un universo mal zurcido.
Mi universo se expande en el eco... se va.

Mis ojos se cierran para ver mejor.
Mi corazón se encierra en su propia jaula.
Fruto de mi propio castigo en la esencia del ser.
Me hago garabatos a mí misma,
quiero borrarme.

No quiero liderar banderas,
ni empuñar armas de guerra,
no quiero estar tras escudos...
sólo esetar,
ser aire en la brisa,
ser gota en el agua,
ser color en el cielo,
ser lo que no soy y lo que nunca seré...
¡Hada sin alas queriendo volar!

Almendras amargas,
esconden el fruto del árbol en flor,
abrazada al tronco, entre jirones,
trato de esconderme entre cañaverales
y ser sumisa de mis silencios
y ser respuesta a mis ojos de sueños baldíos,
en un vacío que resquebraja
el resulta de mí misma...

Me acompaño, no siendo buena compañía,
no alcanzo a encontrar esa mano que tire de mí,
ahora, cuando he fijado mi residencia en la nada.

Más, como alguien dijo:
"Siempre nos quedará París"



Mayte Albores


martes, 29 de noviembre de 2011

Cuando callas




Tus silencios, cuando callas, son sueños que amo...
Cuando callas me resigno y te contemplo...

En tu mundo y en mi mundo
cuando callas... ¿por qué callas?

Y te admiro.. te respeto, y espero tu momento
que también es mi momento de escucharte.

Tus silencios me hacen desnudarme
a la espera de respuesta.
Sigo esperando esa mirada tuya,
penetrante, que me llene, que me diga, que me hable...

Cuando callas... ¿porque qué callas?

Y quisiera adentrarme salvajemente
en tú mente,
en tú alma,
porque todo tú eres como un fuego
que me llama
que calienta y da calor...
pero callas...

Y miro, cuando callas, y aunque calles,
yo te escucho,
me respiras,
me suspiras
y como fiel mensajero de amor
yo te espero... espero tu momento
que también es mi momento de escucharte
cuando hablas.



Mayte Albores


lunes, 28 de noviembre de 2011

Ay de mi




No puedo permitirte
soñar,
conmigo,
con nosotros.


No puedo permitirme,
seguir perforando
cada estrofa del latido,
seguir muriendo.


No puedo dejar de amarte,
pero eso, lo sabrás hoy,
y mañana,

sólo lo sabré yo
en cada cuneta
en la que me estrelle,

por cada escozor
sin medicina,
por cada llanto
sin abrazo,
por cada beso
sin labios.


Esta velocidad
fue demasiada para mi.

No puedo curar
tantos jirones.

Que

no es río
lo que chorrea,
no es flujo
lo que humedece mi piel,
sino la herida fresca
del vampiro,

aquel,
que musitó a mis entrañas,
las mismas
que se revolvieron,
que se declararon seno,
y cedieron su sangre.


Ay, de mi si no te olvido,
ay, de mi, que olvidé,

que la realidad
era primero quererme.

Y ahora,
que no sé cómo empezar

debo revocar mi amor,
al menos disfrazarlo ,
porque me lleva al reflujo
y me quedo "seca"
hasta de mi.


Estoy demasiado llena
de recuerdos,
demasiado vacía de "ahoras",
y del futuro,
sólo pienso
que me da igual ser quemada,
o escupida de tierra y cemento.



Mayte Albores


domingo, 27 de noviembre de 2011

Semana dedicada a Mayte Albores




DE SU REVELACIÓN (Fragmento) XIV







Pero a veces escondida y minúscula
observas te introduces
en esos labios y en esos pies llagados
que bien podrían llegar a ser los tuyos
Y entonces tu dolor se apacigua
y se olvida de ti

Y cuando todo parece ya extinguirse
a pesar del ahínco de tus ojos y manos
de pronto te sorprende un mínimo destello
Una puerta levemente entornada
que te invita
al rumor de sus goznes abriéndose
De nuevo a descalzarte y a beber en su cuenco
Y entonces la vida tan insignificante
su sin sentido llama a tu corazón
y tú lo escuchas:

y vuelves como a un adolescente
a ofrecerle y a darte otra oportunidad



Goya Gutiérrez






sábado, 26 de noviembre de 2011

DE SU REVELACIÓN (Fragmento) XIII








Sabes que no puedes decir
todo lo que quisieras
pues larga es la injusticia
como ancha es la opulencia
y la vida cautiva seca tensa
sobre la que aún hoy
sin quererlo crecemos

Y temes pronunciar palabras
que lleven a tus versos a exiliarse
de su propia belleza ante otros ojos
Pero desde ella reivindicas
la libertad y sabes
del peso del silencio
y la complicidad

De mirar ver volver
a formar parte de la rueda
a no poder desentrañar
el espejismo de todas las edades:

lo incierto de estar y la certeza de ser
grano de polvo cambiante de una estrella
en el ilimitado ser del Universo



Goya Gutiérrez






viernes, 25 de noviembre de 2011

DE SU REVELACIÓN (Fragmento) XII








Y en tiempos de sequía la poeta
a regiones cultivables vuela
como la alondra
Haciendo de lo inhóspito su casa
Intentando refugiarse en el tiempo
que huye del bullicio del tiempo
ruidoso de lo célebre

Como el ave fénix
recicla sus cenizas exprimiendo
un zumo que transgreda sus membranas
que llegue al corazón de su cerebro
Porque sabe que el éxito es efímero
que el verde del laurel rápido muda
aposentado en la corona:

que detrás está siempre la única certeza
en la última puerta allí esperando



Goya Gutiérrez






jueves, 24 de noviembre de 2011

DE PARADA Y DESTINO IMPREVISIBLE








Hay trenes como flechas traspasando mi ensueño
Oigo en la lejanía su aullido dilatado en el aire
en medio de la noche
Y todos sus vagones semejan componentes
de esa vieja manada de los antiguos lobos
Atravesando el furor de los hombres
Viajando así en su huida
hacia estepas que quieran albergarlos

Son trenes que no paran ni detienen su curso
en nuestras estaciones de paso cotidianas
Temen perder el rumbo y la velocidad
de su galope al ritmo de una brújula
dirigiendo sus pies fijando su destino
Veo el rumor de su despedida expandirse
Alejarse de la inmediatez de este silencio
de sonido vacío
como el foso que vela ésa tu otra existencia

Hay trenes alados que circundan mi calle
Aves de vuelo gris amaneciendo
que esperan arrancar como ayer
la noche de tus ojos
Su graznido ya no parece huir
Ves cómo se detiene y se aposenta
en raíles de un hierro
que si escuchas en él oirás aún las grietas
y el sabor residual de viajes oxidados

Sobre ellos ha crecido este ofidio
de nuestras cercanías
que pretende engullir tantas manos y pies
ovillados aún bajo su manta en sus asientos:
Hacia el aire expoliado de alas de la gran urbe
Hacia el nido gigante donde reina
un grito más duro y compacto que la roca:
cemento armado gris llenando la calvicie del día
al olvidar la oscuridad que acoge resonancias

De voces y de espacios
O raíles uniendo los fragmentos de túneles
que en mi insomnio estacionan
para que te alces al vagón de otro vuelo




Goya Gutiérrez






miércoles, 23 de noviembre de 2011

ESPUMA ESPUMA










Homenaje a la poeta y al poeta suicidas.

"Y ahora soy
espuma de trigo, resplandor de mares"
Sylvia Plath



Tragarse el mar respirar agua azul
limpiar con su sal los pulmones enfermos
de ese alquitrán del tedio que atrapa a algunos
seres que se escriben y pactan con la muerte
Y has de estar en el mismo saliente
de piedra en la misma grieta
del cristal para comprenderlo

pero dejan su estela enrojecida
sólo para los otros
para muchas de ellas de ellos no hay tragedia
sólo hay ese deseo de cortar la última
hebra
salir de la jaula del mundo
sólo el pulso final el instante febril
de desenmascararla de mirarle a los ojos

sólo querer ser un mar silente
las olas
cercenando las púas de la angustia
entregando la raíz de la voz
a la gruta de las palabras
sólo ser píldora enrocada del reposo
disolver la conciencia
inundar la memoria ser nada
espuma espuma



Goya Gutiérrez






martes, 22 de noviembre de 2011

CIUDAD DE LOS AMANTES








entre las diagonales de su cuerpo
mis pasos indecisos te buscaban,
huyendo de esos túneles inmensos
que engullen el metal
de los atardeceres,
y traspasan como agujeros negros
la ciudad y sus sueños las espumas,

aleteaban crepúsculos del último
verano
archipiélago en la arena
de sus brazos,
se presentaba octubre vestido
de promesas,
noviembre cobijaba el temblor
de caderas aún frescas
que ya diciembre helaba,
y sus noches violetas derramaban
esperas

paseábamos las horas de ida y vuelta
hacia aquellas afueras
de ciudad,
donde los arrabales
tiñen con su cemento
el humo engendrado de las fábricas,
y motores impúdicos violan
silencios
de jóvenes amándose en parcelas
sin dueño,

ya ascienden por los muros buganvillas,
colorean el aire presagian primaveras,
presencian las ágiles piernas decididas
de la mujer hacia una cita a ciegas,
¿y adónde estabas tú cuando el amor
empuja desde el mar como un útero?

allí, junto a la brasa de despierta
luna, el cálido remanso de tus ojos,
el agua de tus brazos
regresando
mi cuerpo hacia otros túneles
de océanos de mares y desiertos,
aquí, dentro de nuestros pechos
que agolpaban las noches y los días
destejiendo,
para al fin encontrar
la hebra de seda
que el amor escondía en sus dominios.



Goya Gutiérrez






lunes, 21 de noviembre de 2011

Cómo alimentará cada mañana








Cómo alimentará cada mañana
de respuestas su boca,
si sabedora del más hermoso paisaje
ofrecido a sus ojos y a sus manos,
no le otorga su incondicional entrega,
si deja que caigan verdes y arrojadizos
días parpadeantes y caricias
de niño encerradas
en su cartera verdiazul,
y como si el tiempo fuera eterno,
entretiene las horas en inútiles
bagatelas necesarias
para qué causa.
Cómo podrá ofrecer
en algún lugar-momento
aquello para los suyos
que debería ya ser cuenco,
hogaza tierna, metal forjado.
Qué hará con ese objeto
Que nos secciona
la voluntad en islas
sin poder apresarlo.



Goya Gutiérrez






domingo, 20 de noviembre de 2011

Semana dedicada a Goya Gutiérrez




Otra vez la lluvia




Otra vez la lluvia.
Otra vez el brocal del sueño
de par en par impacientando letras.
Digo que corro por no mojarme
pero es mentira.
Hay palabras que me ahogan
que pasean como hormigas por mi vientre,
que me vuelven incómoda,
extraña.
Y me miro de los pies al pecho,
por si algún signo me delatara.
Pero el temblor es imperceptible,
interno como un pasado oculto,
como las arterias de los ojos.
Y corro delante de ella,
y digo que corro por no mojarme.
Otra vez la lluvia
pidiéndome adentros.
Como si yo pudiera entrar en mí
cada vez que ella me llueve.



Mamen Alegre


sábado, 19 de noviembre de 2011

La certeza





Estoy cansada,
de ser algo semejante a un tejido.
De no comprender,
por qué tengo manos y no ojos
que proclamen estúpidas cegueras.
De que la perplejidad ,
me relacione con vientos helados
y alturas desmedidas.
Cansada,
de que la certeza,
haya olvidado el modo humano
de sanarme.



Mamen Alegre


viernes, 18 de noviembre de 2011

Fado




El Fado será el perfume
que te conduzca,
que te deposite
en la ladera descalza de la lluvia.
No tengas prisa por llegar.
Yo quise amarte rápido
y ya ves;
apenas soy una letra,
un signo incipiente
hasta ayer desconocido
para tus labios.



Mamen Alegre


jueves, 17 de noviembre de 2011

Crecían más las hojas entonces




A veces, llovía como ahora
de una forma callada,
y todo quedaba quieto.
Era una quietud de sueño gastado
un silencio de piernas largas,
un refrescar extraño.
Crecían más las hojas entonces
y cercana a la ventana, la tarde,
abría surcos para morir en la tierra.
A veces, llovía como ahora y después,
las habitaciones eran agua y también los armarios,
y había que dejar en aquellos momentos
que la vida se hiciera cargo
de la voz enmudecida,
del llanto de las ventanas hacia dentro.



Mamen Alegre


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Alas




Hubo un tiempo
en el que los veranos
eran libros pequeños,
encuadernados en verde,
siempre los mismos.
Ahora, son gaviotas
y no se repiten.
No supe ver las alas
entonces.



Mamen Alegre


martes, 15 de noviembre de 2011

Quedarme





Qué gris este día
alcanzado por un tiempo
intermitente
en el que rebosa
un río que reclama
su paso.
Ahora es la edad
en la que el ojo
se bifurca.
Vuelve la voz y el espacio
pero el cambio permanece.
Tiemblo,
ante la fantasía de quedarme.



Mamen Alegre


lunes, 14 de noviembre de 2011

La pregunta




Cuando el dolor es viento,
ahueca la palabra
su corazón, que es vela,
y las olas se asombran.

Tan delgadas sus manos
puestas en la razón,
que al creerla tan suya
me devuelve impoluta
la caricia del aliento.

Puedo gritar,
sin sobresaltar las plumas
de sus tiernas alas,
provocar un oleaje de brazos
que no afecte a su corriente,
flotar en la taza
de su cara de cielo.

Pero no puedo lamer
lo seco de sus ojos,
ni hundirme en la infancia
que me haga soñar
con el hueco perfecto,
para un verso milagro.

Rompe a correr la noche,
hay un vapor de hormigas
que trota y me despierta;
quien vigila su luz
se cubre con la pregunta
que ofrece para mis hombros:
¿Qué se puede hacer
ante el dolor de un ángel?



Mamen Alegre


domingo, 13 de noviembre de 2011

Semana dedicada a Mamen Alegre




Segunda Inclinación




Amar siempre se escribe con hache intercalada.
Debe ponerla en medio, entre la i y la o.
No es bueno complicarse.
Total si son tres días y hemos gastado cinco,
para qué desatar lo imprevisible.


Recuerde, amar, al igual que estipendio,
debe escribirse así, con hache.
Y debe dar igual que usted sea peluquera,
cajera o cocinera. Amarse por minutos
no concibe de fraudes, ni siquiera de oficios vespertinos.


De día nos pela el alma y de noche la tibia.
Segunda inclinación, o misión, o concierto.


Tengo las cartas malas. Esta partida sobra.
No dio nunca lo mismo ser letra o alfabeto.
No me conviene hablar, hablar no me conviene.


Aunque debo decir, si es usted quien me escucha,
que amar se escribe siempre con hache intercalada.




Javier Sánchez Menéndez


sábado, 12 de noviembre de 2011

Ejercicios de Espiritualidad




DE ESE lugar con luz y sufrimiento
recuerdo sobre todo las noches,
las largas noches vacías
de un invierno enclaustrado,
el olor de la ropa a brasas
y caldera, la humedad
de la cama y el sueño
de los vivos.

Recuerdos de los curas
que fumaban Ducados
por amor a la verdad
y a los paisajes.

Una imagen santísima
que siempre acompañaba.
Era la voz de dios:
“¡Déjame en paz, te odio!”.

Y fue como entendí
que un solo día sin ti
es una vida
y ya he tenido cien
reencarnaciones.



Javier Sánchez Menéndez


viernes, 11 de noviembre de 2011

Ejercicios de Irreverencia






Y CUANDO tú dominas todas las condiciones
llueve, aunque debe ser hora de que vayas dejando
esa letra pequeña. ¿Recuerdas? Nos miramos las manos,
nunca fueron los ojos los que dijeron basta.

Es ahora otro tiempo y no estamos de acuerdo.
Será porque el amor, como el tren, regresa de las aguas
y hoy he cogido un taxi, frena la luz y existe este poema
aunque no te conozco y sigues preguntando.

Vendo mi corazón si alguien lo quiere,
está de saldo siempre, y en lote regalo
un pañuelo, tres versos y un horizonte inútil
de pérdidas pulidas y libros por el suelo.

Dios, si debes decir algo que sea pronto
que también nos cansamos los que tenemos hambre.




Javier Sánchez Menéndez


jueves, 10 de noviembre de 2011

El hombre del tiempo





ERES una aproximación al desconcierto.
Si dices que mañana
dejará de llover
es que has visto la tele,
y el tiempo y los pronósticos,
hechos en un instante
sin justificación,
dejarán de llorar en mi cabeza.

No inundes los recuerdos,
he querido llamarte
y he vuelto a beber,
una copa tan solo
-no te enfades-,
y me ha sentado mal.
Y he vuelto a fumar,
un cigarro tan solo.

Y ahora, cuesta tanto
recordar el sabor del tabaco,
el olor del alcohol
cuando dejas el vaso,
el hielo, la botella
nueva y con precinto.

Sobre la mesa el vicio.

Y tú, te marchas,
sin decir un adiós, sin despedirte,
como una aproximación
al desencanto.



Javier Sánchez Menéndez


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Puerto Real, 1967





LA LONJA, pescadores, un olor
a sal sobre las redes
y mi padre rondando las esquinas.

Las calles, los ruidos del mar
cubren la noche,
y la voz de mi tía
que llamaba mi nombre
una vez y otra vez.

Hasta la boda todo fue imperfecto.
Después nadie entendió que quise regresar
y acabé como siempre, con tres años:
caliente y cabreado.

Descubrí los sentidos.
No hay brumas en el puerto,
pero hay libertad, arena
y mucho miedo.



Javier Sánchez Menéndez


martes, 8 de noviembre de 2011

Suspiros de Princesa




NO MENTÍ. Me reprochas
día a día que engañé
con mis actos, que iba a ser
más maduro, mejor padre.
Hasta que haría las camas,
amante consumado,
poeta de domingo
tras el aperitivo.
Hombre obediente
y sumamente inculto.

Quédate con lo dicho,
las palabras de ayer
son miseria en tus labios.



Javier Sánchez Menéndez


lunes, 7 de noviembre de 2011

Todos los niños éramos cabrones




RECREAR este tiempo y olvidarlo
es un acto de amor indefinido.

Recordar las primeras palabras
que se dicen al padre o a la madre
y querer redimir limitaciones
como si fuera algo negociable.

Es el lenguaje que vamos aprendiendo
con los primeros pasos.

Nuestro comienzo es amplio.

De pequeño,
todos los niños éramos cabrones.



Todos los poemas de esta semana son del poemario
"Una aproximación al desconcierto" (SIM-Libros, Sevilla, 2011).




Javier Sánchez Menéndez





domingo, 6 de noviembre de 2011

Semana dedicada a Javier Sánchez Menéndez



He caminado hasta aquí




He caminado hasta aquí, venado herido de la vida.
He llegado hasta los limites que se deshacen
como papel mojado. No tengo final, ni limite
que me sostenga en la caída brutal que me precipita
al abismo del dolor en la tierra de los desposeídos,
en la tierra sin futuro, que se revela y me revela
ante la pasividad funesta de mi existencia.
He camino hasta aquí, pájaro de los álamos dormidos.
He sido despojada del nido en el útero sangrante,
he volado sin rumbo, con las alas recién nacidas.
Soy libélula de cenizas que vuela
hacía el crepúsculo de los océanos del mañana.




Amparo Sanz Abenia


sábado, 5 de noviembre de 2011

LAUDES





Los laúdes de la mañana
me despiertan con sus páginas.
La luz de sus palabras, preludios
que se elevan desde el fondo marino
hasta las cumbres troqueladas,
que ensalzan la voz divina,
lumbrera de gozos que sacian mi alma.
Son sílabas sagradas,
son cánticos de lluvia generosa,
de manantial que brota
de las grutas del verdadero amor.
Mis oídos campanarios del alba
escuchan sus poemas celestiales.
Cantar de cantares, en bosques encendidos
con ardientes llamas, llamas
que iluminan la senda del supremo amor.
Y corro por las páginas
que son pasto de sabiduría,
y me poso en los recodos más profundos
del bosque misterioso,
y absorta gozo de los laúdes.
La luz de sus palabras.
Y me bebo sorbo a sorbo
la dulce agua de sus páginas.




Amparo Sanz Abenia


viernes, 4 de noviembre de 2011

EL BAILE




En el adagio del salón brillabas,
luz de neón, esfera de purpurina,
peonza que nos hace girar.
Diez metros por cinco
multiplicaban espejos voladores
en la oscuridad del universo.
Y la música nos elevó,
almas trasfiguradas en cuerdas de violines
que nos resucitaron entre ángeles sin alas.



Amparo Sanz Abenia


jueves, 3 de noviembre de 2011

EL CASCABEL DE LA JUVENTUD






Nunca me aflige el cascabel
de la juventud de ayer.
Su esplendor subsiste en mi recuerdo.

Puedo contener en mis versos
la juventud lejana,
sobre mi piel hacer florecer las margaritas,
y las amapolas salvajes del ayer glorioso.

De los amores tempranos me guardo sus fragancias
las furtivas caricias, los besos silvestres, los sueños en flor.

Amé con locura sobre la hierba jugosa.
Sacie sin cordura el deseo en mi piel…

Aún recuerdo el palpitante ritmo, el vértigo
que hace transformar al corazón enamorado
en el esplendoroso cascabel de la juventud.

Nunca me aflige el cascabel
de la juventud de ayer.
Su esplendor subsiste en mi recuerdo.



Amparo Sanz Abenia


miércoles, 2 de noviembre de 2011

ESPLENDOR EN LA HIERBA




Aunque ya nada pueda devolvernos la hora
del esplendor en la hierba
y de la gloria en las flores,
no hay que afligirse,
porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo.

WORDSWORTH



Amparo Sanz Abenia


martes, 1 de noviembre de 2011

RETRATOS





Tibia y dulce la memoria
encuadra el pasado en un rincón.
Un paisaje físico, una mirada herida
que desborda lágrimas bajo un cristal de olvido.
Metacrilatos de amnesia sobre la mesa.
Recuerdos que solapan recuerdos.
Raíz de olmo que engarza una unión,
la lluvia de arroz, el arroz en los zapatos,
la sonrisa del pastel en los labios.
El si quiero retratado
en las estanterías de un salón.
Todos los recuerdos posan enmarcados.
La mirada dulce y tibia
encuadra toda la memoria en los retratos.




Amparo Sanz Abenia