jueves, 27 de febrero de 2014
FEMENINO SINGULAR
Interrogo con las manos
el polvo de aquel tiempo
encontrado en la memoria,
rumor de trenes
en la estación que guarda el pasado
y sabe lejano
como la palabra nunca.
Recuerdos al remojo
en la copa de un roble
que huele a malbec,
susurro de estrellas
en el mediodía de mi vida.
Destapo el corazón palmo a palmo,
aposento donde retumban
los pasos de antiguos huéspedes.
De los que me nombraron y nombré
sólo quedan gesto sin rostros,
convocan la ternura
y se diluyen, al descuido,
por el pasillo de las soledades rotas.
Grito: ¡Siempre ando de paso,
recuérdenme!
Anonadada en la gracia plena
de un poema recién proclamado
alianzo la confusión
de mi mujer-alada
y su niña buena.
Vuelvo al canto de colores
en las manos,
asoman las bienaventuranzas,
y esta poesía que gime
en femenino singular
sin olvidar a nadie.
Sandra Graciela Gudiño
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2 comentarios:
Maravillosa... Eterna... Reina de la poesía...
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