miércoles, 30 de noviembre de 2016

MUÑECAS ROTAS



¿Quién conoce sus nidos oscuros?

¿Qué rincón en las noches habitan?

Las promiscuas no tienen alcoba.

Las volubles no tienen morada.

Nacen, brillan, aman y huyen…

En el aire al morir se transforman.

Y se van sin dejarnos su impronta

cual tenue llovizna de sombras.



María de Paz



martes, 29 de noviembre de 2016

PECAR





Rueda un sibilino silencio

por entre los vespertinos murmullos

a la hora mala en que se destraba

el sueño en lo alto del verbo.

Se tensan las cuerdas del llanto

con cuchillo de destemplado grito

que procaz se vuelve orgasmo

en subversivos humedales silentes.

Se tornan cantos los vocablos indigentes

locura fiera la que muerde las palabras

en bocas precisas y ojos renuentes

en los escaparates de la nula conveniencia.

Tras los sayos de la furia se esconde

la tristeza de los amantes sin lágrimas

que niegan decires que vierten disputas

que simulan naufragios de fobias adversas.

Se agolpan despertares incautos al amparo

de los relojes que marcan minutos imprecisos

sobre muros que ocultan inocencias

que pactan juegos en surcos de carne desnuda.

Se elevan a los altares los salvajes verbos

que fingen armonías en labios de pecado.




María de Paz



lunes, 28 de noviembre de 2016

LA SUMISA


Morfina blanca bajo la lengua

de heridas faltas de cura

para olvido de los recuerdos

atados de raíz a piel y ojos

en pulcros alféizares expuestos.

Vestido de negros aires

con cuello preso…

hueco de piernas níveo

con crujido de dientes fiero.

Jardín lleno de flores

con extravío de amos

perdón para el agravio.

Descanso de frágiles huesos

cubiertos de grises sedas

sobre muelles de camastro.

Nada por lo que suplicar

Ni rogar, sólo llorar.

Sumisión controlada

de cartílagos duros.

Amor disuelto en alcohol

sobre el curtido cuero

de nudos de núcleo duro

y volteos de lucha acerada.



María de Paz

domingo, 27 de noviembre de 2016

Semana dedicada a María de Paz




cuando el mar te robe



“Las burbujas iridiscentes eran bellas. Pero eran la cosa más falsa del mar, y el viejo gozaba viendo cómo se las comían las tortugas marinas”

El viejo y el mar (Hemingway)


cuando el mar te robe

y sufras las violación de tu suerte

cuando el mar te atraiga a su infierno y las manos

sangren de rabia, impotencia y odio

únicamente el tiburón te dará la medida exacta

de tu paso por este manglar


no persigas razones ni ideales más allá de los límites

de tu intelecto

no causes baja en tus principios por perseguir los de otros

no sueñes, repito

no sueñes

sobre todo si eres pobre

y viejo

porque los sueños solo se cumplen cuando no se sueñan

y permanecen escondidos en el delirio

sin control y sin venganza posible

calcula bien la medida de tu odio

demasiado te mata

poco te desprestigia


Pablo Otero



sábado, 26 de noviembre de 2016

en este instante concreto donde el balbuceo se siente contemplando




en este instante concreto donde el balbuceo se siente contemplando

donde el caudal, como torrente, inicia su calvario

y donde la niñez ocupa breves páginas, adormezco


viajo a lo recóndito y sufro la agonía de los hombres

su partidismo, su intolerancia, su descrédito


viajo y maldigo el agua que bebí sin filtrar

el despropósito de sorber directo del arroyo

creyéndolo limpio, sutil, virgen, consecuente


a poco mis manos tornaron negras, postulosas

descreídas e insolventes


viajo a lo recóndito y no encuentro el momento sajado a la niñez


tal vez un invierno me trajese al sanguinario hombre indicio que convierte

al hombre en sal


tal vez me convirtiese yo también en ese hombre

y me postulase al lado de los hombres


viajo a lo recóndito de mí y azuzo la conciencia

respiro hondo y acaudalo olvidados sabores

el trigo, la cebada, el viento, la tormenta o el adobe


los caminos polvorientos, las ratas de agua, el sonido lejano del avento

las mulas al sol de agosto, los vestidos negros de las mujeres rotas


¡mira hijo!

el agua inicia su bravío que el hombre controla y dirige

ya dejó de ser niño

ya coge fuerza y arrastra a su paso los cimientos

ya dejó de ser remanso y tibieza

ahora duele, ahoga, siembra de espuma los caminos


¡mira hijo, como siembra el hombre su futuro!


aquí nace el porvenir

aquí fallece la infancia.


Pablo Otero













viernes, 25 de noviembre de 2016

toma



toma
tu libro de palabras y
sal
a la conquista del mundo

ah
y no vuelvas
a por otro
si no traes
una conquista
una guerra ganada a los perros
una batalla aprehendida
una isla en tu bolsillo
un pan
una canica
una sonrisa
o
una lágrima

un costillar roto de abrazos
también vale

pero
si vuelves solo
solo y roto
mejor no vuelvas

no
existen
más
palabras
para ti.


Pablo Otero







jueves, 24 de noviembre de 2016

IDUS DE MARZO V 2.0



Astíllame.

Recúrreme.

Queréllate contra mis apatías.

Muerde mis dedos,
arranca este corazón inútil,
si fuera necesario.

Todo,
con tal
de sacar de mí este ostracismo
que me anula,
que me esconde
y me envilece.

Muéstrame el vacío
que me espera,
si esta tozudez
de no ensangrentar mi boca
con los gritos a los necios,
me abandona.


Muéstrame lo yelmo
que comerán mis hijos
si no florecen en mis puños
la guadaña y la horca.


Ájame las piernas
si no son capaces de pisar

calles y plazas
para gritar tu nombre envilecido,
con fiera rabia.

Que los muñones recuerden
lo cobarde y lo insensato
de mi boca.


Y luego,


cuando ya nada quede,
el futuro sea quimera,
cuando las vísceras de los perros
comida para mis nietos.


Cuando el agua sea un sueño,
un techo, una semblanza,
y la palabra libre, la muerte.


Cuando libertad sea, elegir
entre grilletes o cadenas,
cuando violen sistemáticamente
mis sueños
por decreto ley,
y el olor a carne quemada
se venda en frascos de colonia,
Chanel número 100,
ni el más profundo abismo
será digno para enterrar
estos despojos podridos
y sin alma
que tan viles muestro hoy.


Advertido quedas,
mi Cesar.


Pablo Otero



miércoles, 23 de noviembre de 2016

Sobre los valles de mi cuerpo



Sobre los valles de mi cuerpo

construyo mis orgasmos.

Sobre mis montañas los precipito.

Como ríos de lava cubro mis senderos de fuego.

Ahogo los árboles a mi paso
con preguntas que no sé responder.

He de morir igual de virgen que nací.

Pero más solo y más idiota.


Pablo Otero







martes, 22 de noviembre de 2016

Como moscas



como moscas en

pupilas de buey
así
mis llagas no tienen nombre.

hay
palabras que no saben.

hoy,
sordas ante un concordato de
muerte
sobre
ti.


Pablo Otero



lunes, 21 de noviembre de 2016

A LA DOBLE EXILIADA MARIA ZAMBRANO




Me gusta cuando hablas porque estás como presente,
y tu voz se escucha en escuelas y plazas,
y se erigen versos en cubiles nostálgicos
de copas y cañas.

Me gusta que tu voz sea pertinente
y discutida y aclarada. Versada, cruel
e inteligente;
experimentada.

Me gusta cuando gritas y lloras
la palabra. Cuando se alza afónica
de tanto usarla.

También cuando se reserva cauta
para la convivencia diaria.

Me gusta serena, en su discurso libertario,
y que rabien sus pechos
cuando el puño alza.

Me gusta cuando lanza
con envenenado tino
su piedra acertada.

Por eso, y porque el hombre
aún necesita palabras
que le rompan los tímpanos
y su conciencia acerada;
no pares nunca el reclamo
de equidad e injusta comparsa.

Por más que el poeta te diga
que le gustas callada, no pares de darme
lecciones de esperanza.


Pablo Otero







domingo, 20 de noviembre de 2016

Semana dedicada a Pablo Otero




FUERA DE LUGAR



Es algo muy extraño

un grito de gaviota tierra adentro;

el tiempo que te avisa

de volátiles peligros, memoria

desenfocada, cántico de amor malherido

que se resiste al empuje del viento.


La tarde se ha teñido

de un gris de mar ausente

que enturbia el movimiento de la espera.

Extrañeza de idioma familiar

que te nombre y te rompe

en pedazos, como voz quebradiza.


Pedro S. Sanz



sábado, 19 de noviembre de 2016

NAUFRAGIOS




Yo soy todos los restos del naufragio

yo soy todo lo que queda.

No busquéis esperanzas en la arena,

no hallaréis ni los ojos

ni la boca

ni la frente

ni hallaréis la mano izquierda.

Yo soy todo lo que queda,

que es bien poco.


Yo soy todos los ojos del insecto

yo soy todo lo que mira.

No busquéis telarañas en el aire,

no hallaréis ni las alas

ni las patas

ni la sangre

ni hallaréis la presa destrozada.

Yo soy todo lo que queda,

que no es nada.


Pedro S. Sanz



viernes, 18 de noviembre de 2016

MEMORIA DE LAS ISLAS IV





Ars longa vita brevis. Voz sobre el dintel muerto

de tu soterrada belleza. Tus transparentes

mejillas son ya niñas ahogadas bajo el ocre

de la furia. Quedan latiendo como raíces

los colores de tu cuerpo de joven sirena.

El tiempo se encargará de hacerlos florecer.

He regresado bajo el tórrido sol de junio

con la esperanza de recuperar tus miradas,

aquellas que depositaste sobre las ondas

de la costa esperando vislumbrar a lo lejos

los remos de mi bajel aterido de frío.

Por última vez he atravesado el umbral

que tantas veces me condujo a ti, dulce dueña.

Tras dejar mis lágrimas a los pies de tu estatua

surco las olas de nuevo hacia extrañas islas.

Empuja mis velas la suavidad de tus manos.

Vagaré sin rumbo hasta encontrar la tierra fértil

que tras siglos de olvido ha de heredar tu nombre.


Pedro S. Sanz



jueves, 17 de noviembre de 2016

LA AUSENCIA




Dijiste Adiós en un suspiro inaudible

y se derrumbó a mi alrededor el aire.

Se me desprendió la piel como un ropaje

gastado, como una mudable coraza.


Parálisis de la sangre.

El amor cristalizado.


Algún día aparecerás de repente,

y tomaremos un café tibio de disculpas,

como si no hubiera existido la ausencia.

Y el paréntesis del tiempo nos cabrá

entonces en los bolsillos


Pedro S. Sanz



miércoles, 16 de noviembre de 2016

MEMORIA DE LA TIERRA





Sólo somos memoria,

quebradizos los huesos,

tomados del primer

cañaveral, muy débil, inexperto,

por el viento batido.

Lo demás sólo barro,

masa informe de donde surge el alma.

La muerte sea quizás

depositar las cañas, más el lodo

gris de nuestras miserias,

ante la puerta cerrada del cielo.

Quizá la muerte sea

perder la memoria de nuestras manos.


Pedro S. Sanz



martes, 15 de noviembre de 2016

UNA VEZ SE HA DADO EL PRIMER PASO...



Tiene el amor su mecanica

como el amor sus símbolos.



Pere Gimferrer




Una vez que se ha dado el primer paso

dentro de la morada especial del corazón,

queda uno sujeto a las leyes de la guerra.

Llega sin avisar,

sorprende como un bombardeo

en día de mercado, cuando uno

sólo piensa en hojear el periódico

a media tarde y dormitar.

Te dan un uniforme y unas botas

que te conducen hacia la trinchera,

y sólo te queda cerrar los ojos

y luchar a brazo partido,

como un deber impuesto

cuyo origen es tan incierto como el del mar.

Es así que el amor te asalta

cuando cruzas el puente

desarmado, inerme, y te condena

a recorrer un campo de batalla

minado, sin saber qué has hecho

para merecer la desdicha de tal honor.

Piensas tan sólo en desertar

y encaminarte hacia aquella playa

que te cobijó cuando aún eras inocente.

Mas ahora tu mirada traspasa

la soledad del agua

y contempla anonadada esa maquinaria

que genera las olas.

Y por fin comprendes que el mar,

como el amor, como la guerra,

son territorios vedados a la comprensión

del hombre, que es ingenuo y nada sabe.


Pedro S. Sanz



lunes, 14 de noviembre de 2016

TRAYECTO





Sea propicia la muerte al hombre a quien mordió la vida.

Luis Cernuda



Con su bagaje de invocaciones

avanzaba el hombre inocuo

en su cabeza un río un amor

la ciudad estrellada como meta

sus manos aspirando a la gloria

de los tres tulipanes amarillos

que coronan el altar de la fama

su corazón tan atormentado

de sufrir los placeres prohibidos.

Cuando llegó la ciudad era otra

trasatlántica austera era otra

la vio por primera vez nevada

y sintió la lejanía de los versos

anegando sus ojos de gacelas

y supo que había perdido el alma.


Pedro S. Sanz



domingo, 13 de noviembre de 2016

Semana dedicada a Pedro S. Sanz



Allí, se amordazan las nubes.



Allí, se amordazan las nubes.

A la izquierda del universo

Dios se muestra como una mujer que danza

las nanas granates del estanque.

Le rezo entonces tras los prodigios del agua

bajo la hondura de los peces.

En el suelo las nubes continúan purificándose,

es Dios quien las inclina hacia la tierra de los árboles,

luego se apacigua.

Encorvo el océano,

lo desmenuzo tras el diluvio,

el éxtasis hace gemir a la mujer que ahora se muestra como Él.



Candelaria Villavicencio



sábado, 12 de noviembre de 2016

En los árboles con todo el frío



En los árboles con todo el frío

contra la noche más estrecha

allí sin nada

nos encontraron pegados a otros cuerpos,

siendo de ellos mismos

las otras manos y los otros pies

que nos anduvieron desde el principio.

Llegamos a ser también

las hojas de los otros árboles

la soledad de las noches más oscuras.

Allí contra todo pronóstico

arrancamos del suelo

las primeras sombras

el bullicio del silencio

y nos convertimos en el presagio del mundo.


Candelaria Villavicencio



viernes, 11 de noviembre de 2016

Era la luz de un solo árbol



Era la luz de un solo árbol

el mundo íntimo de nuestras casas

decimos:

¡estamos a oscuras!.

La única luz cruzando la puerta

La primera casa

del primer árbol

o del primer hombre

ahora éste sin fruto surge entre la mujer.

Pero se escapa

para ser un héroe

un Dios con otra lengua .

Decimos:

¡precipita el alba

la luz de un solo árbol

la picadura de las lluvias!

También los mismos Dioses

son los nuestros.


Candelaria Villavicencio



jueves, 10 de noviembre de 2016

Ya no cultivan la lluvia



Ya no cultivan la lluvia
 
Aquí llegan aquí arriba 

caen como confetis violentos y sudados 

sobre el rostro rojizo de las frutas. 

Algunas se pierden y la calle confunde su colores. 

Mañana cuando despierte frente a la casa de la infancia 

los árboles que transportaban la niebla 

se amotinarán con las mujeres que fueron mis madres 

como si el aire les alargara el cielo 

y caminaran subidas a los árboles.



Candelaria Villavicencio



miércoles, 9 de noviembre de 2016

Somos




Somos

el frío

el terror o la tristeza

a tan lejos de nosotros concebimos el silencio absoluto.

Sabemos de esas palabras ajenas al lenguaje

la humedad sibilante del océano.

Atrás cae un azul perfecto de estrellas

nada más

hoy la luna es un eunuco

un amasijo de nanas y de peces

un hombre al borde de una mujer

un anciano que adivina el color de la noche.

Sin embargo

enrojecemos nuestros vestidos

con las farolas que dan directas al mar

allí nos dibujamos con la arena

y moldeamos un bosque blanco

hecho de trozos de árboles sin colores.

Cuando el hombre sobre el agua

arrastra a la mujer

ambos entregados al placer

descubren el silencio absoluto.


Candelaria Villavicencio



martes, 8 de noviembre de 2016

Hablaron sobre mi inmortalidad



Hablaron sobre mi inmortalidad

sobre las suicidas mujeres de los barrancos

sobre las sagradas escrituras del Corán

y sobre todo de mí

de ese cielo habitado sólo de bosques.

Venían llenos de bondad todos los oradores

a la altura misma de los pájaros más pequeños

y me convencían de la lucidez del cielo.

Yo jugaba a olvidarlo todo

a aparentar la alegría de los niños

y cantaba imitando a las ranas o a los grillos en el patio.

Pero me arrojaron la palabra a los dedos

la palabra que al tocarla temblaba de miedo

yo jugaba con mis manos vacías de malvas y siemprevivas

a olvidarlo todo de nuevo

y a aparentar que era un árbol hermoso y oscuro

todos los días que viví a tu lado.



Candelaria Villavicencio



lunes, 7 de noviembre de 2016

Cobre vida



Cobré vida

mientras en tu mano

un pez nadaba en secreto.

Creo sentir tu asombro:

deseabas mis alas con fuerza

mi cola de pez antiguo

para irte lo más lejos.

Pero solo viste a una mujer en la ventana

haciendo malabares con sus edades tardías

y te quedaste cerca para amarla.


Candelaria Villavicencio



domingo, 6 de noviembre de 2016

Semana dedicada a Candelaria Villavicencio
















Uno crea la necesidad



Uno crea la necesidad

y le da nombre como a un hijo

esa necesidad adquiere

perfil y color

le otorgamos un rincón entre las sábanas

entre los dedos

y comienza a caminar con nuestros pasos.

Uno crea la necesidad

y se asoma a la ventana

y respira con urgencia

y sabe que los besos alimentan

como un puñado de cerezas.

Necesidad de ser vestida

con pestañas de deseo

de regalarte un espacio

y alumbrar farolas a tu paso

la necesidad de un instante

con aguacero o sin él.

Y un día la necesidad

se compara con las montañas

con los rascacielos

y grita su nombre

y se hace latido.

Entonces la pisamos

le enseñamos precipicios

la asustamos sin medida

y todo se asemeja a una batalla

y todo queda en los espejos

y dice amor

y yo estoy muerta.


Aída Acosta



sábado, 5 de noviembre de 2016

Dicen que es jueves




Dicen que es jueves.

Tengo en mis manos

un mes destilado

en el alcohol de la duda.

Hace un sol que revienta fósforos.

Puse a secar el poema

y se evaporó una lágrima.

Necesito la versión

de pétalos en la piel

de tenerte aquí

y tejer domingos para el recuerdo.

Pero dicen que es jueves,

lleno los papeles de círculos

y ventanas

aún no sé si existe una estación

con tu nombre.

Dicen que es jueves

y en esta cárcel libro la batalla

azul- amapola

que me atardece y duele

como un mordisco feroz.

Es jueves.


Aída Acosta



viernes, 4 de noviembre de 2016

No sé si es el sopor del domingo



No sé si es el sopor del domingo

o la irrespirable ventana

que contiene el miedo insoportable

cohabito con el sol granulado

en esta tarde de pájaros rebeldes

y trasciende el muro

como una pesadilla de fiebre.

Voy a sembrar esta sombra

de girasoles

que ya estoy harta de subirme

a los tejados y no apartar las nubes.

Voy a llenar la habitación

de jirafas y de plumas.

Voy a construir un rincón de paraguas

y a recetarme chocolate en los sueños.

Cuando me recupere de esta enfermedad

asomaré el temblor

por la puerta de la duda

y si estás

bien

y sino también.


Aída Acosta



jueves, 3 de noviembre de 2016

Son estas minidosis



Son estas minidosis

de ternura que me envías…

estoy cosechando la locura

despliego voces de papel

para rendirme a ti

busco, te busco

entre las horas

y aterriza tu voz en mi recuerdo

como un abrazo de sol y de naranjas.

Cuando tu ausencia

se anuncia como noche abierta

me lleno de cristales

y el dolor son flores de agua

entre las manos.


Aída Acosta



miércoles, 2 de noviembre de 2016

Y de repente




Y de repente,

como una nube hinchada de raíces

entra la tristeza por mi ventana

y me sorprende.

Sé que esta última luz amarilla

de la tarde

es el pronóstico de un final

de algo que me duele

profundo

sin sentido

nube inflamada que descarga

furiosos golpes

y de repente,

no entiendo nada.


Aída Acosta



martes, 1 de noviembre de 2016

No es mío este lugar



No es mío este lugar

el espacio que me divide en partículas

para ser nada.

No es mía esta calle

en la que un viento insolente

disfraza con sonrisas

rostros de nube.

No es mía esta casa,

no tiene caracoles

no tiene silencios grandes

no crecen las plantas

ni tampoco las macetas

y tengo que salvarme de la soledad

y dibujar pájaros

en las paredes vacías

en los platos vacíos.

Y sueño con mi pueblo

que no es de violines

es territorio de gatos

territorio de árbol

territorio de las raíces

que baño con manzanilla cada mañana

para que no se marchiten

para que no sean

como esas líneas blancas

vacías e indiferentes,

para que no se sequen,

para que yo no muera.


Aída Acosta