Octavio Gómez Milian
Vasos comunicantes
Ocho días antes,
viviendo nuestro amor en hostales
y pensiones de alquiler,
habitaciones frías que no paraban
de temblar ni por un segundo.
Helados los dos, te duchabas,
y yo, esperándote bajo las mantas
de aquella nuestra cama rentada,
mientras te duchabas,
y yo, terriblemente miope,
casi ciego sin las gafas,
pero terriblemente atento
a la mínima ropa que te cubría,
tú, obligándome con un mohín
y un sucinto Que no me mires
a dejar sin sosiego mis dientes,
sometidos a un segundo más de hambre.
Entrabas y nuestras pieles se rozaban,
transmitiéndose mutuamente flujos de calor
hasta que la temperatura se igualaba.
Luego otra noche más,
irremediablemente perfecta
en su repetición,
tú y yo convertidos en TUYYO.
Ocho días más tarde
la NADA abisal.
En el libro Los chicos están bien
Poesía última
Edición de Manuel Vilas
Esta tarde me hago con el libro.
ResponderEliminarEl poema es buenísimo.
Besitos
;);)...pediré comisión..besos guapa.
ResponderEliminarUna historia, una únnica conclusión...comprometida y embriagante.
ResponderEliminarOlimpia.
besos Olimpia
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