No sé si era el brillo de tus ojos, el color de tu piel o la voluptuosidad de tu boca, lo que me hacía sentirte como la puerta al último desierto. No sé si era eso o el deseo que impregnaba el aire.
O el conjunto irremediable que enervaba tus venas sin aparente razòn. Aunque todos los sentidos convocados nos arrastran. Bello, muy. Un abrazo, Fer, un placer.
Sí, es la mía. Es una foto que me tomaron de frente. No parece la misma? la que colgue para la entrada la tome con la cam, tal vez por eso no se vea igual. Un beso¡ Y quiero darte las gracias por estar.
O el conjunto irremediable que enervaba tus venas sin aparente razòn.
ResponderEliminarAunque todos los sentidos convocados nos arrastran.
Bello, muy.
Un abrazo, Fer, un placer.
Era todo junto..pero sobretodo el deseo en el aire...
ResponderEliminarEl deseo, la imagen, tal vez el ambiente... O todo en un todo...
ResponderEliminar¿Y quién quiere saber cuando hablamos de saciar la sed?
ResponderEliminarAbrazos.
A lo mejor fue otra cosa. Algunas raznes las descartamos inconscientemente, otras las alejamos sin otro particular (para que no nos moleste su clamor)
ResponderEliminarBesos
Puro deseo sobre piel. Hermoso blanco y negro.
ResponderEliminarUn saludo.
Quizá fuese todo y nada. Quizá sólo fuese. Muy bonito. Un beso Fernando.
ResponderEliminarSí, es la mía. Es una foto que me tomaron de frente. No parece la misma? la que colgue para la entrada la tome con la cam, tal vez por eso no se vea igual. Un beso¡ Y quiero darte las gracias por estar.
ResponderEliminarPara mí también es un placer estar aquí. Otro más.
ResponderEliminar¿Y para que saber?
ResponderEliminarA veces es suficiente con dejarse llevar por aquello que satura el aire y nos derrota.
Esplendido poema.
A veces conocer la exactitud rompe la magia.
ResponderEliminarBesos.