Morir es no volver a estar
a la misma hora
en los mismos lugares,
con las mismas personas.
No aparecer, cada mañana,
como esa gran luz nueva
disuelta entre las cosas;
dejar interrumpidos los trabajos,
los viajes en punto muerto.
Ajenos a los mares y a los astros.
Morir es estar quietos, sordos,
ciegos, mudos, desaparecidos,
desconectados de todos y de todo,
de nosotros también;
no regresar a casa nunca más.
No emitir ya señales, recibirlas tampoco.
Morir es no volver.
Ángel Guinda
Eso.
ResponderEliminarNo volver.
Vivamos, pues, mientras estamos por más que un día nos vayamos.
Abrazos.
Así de rotunda, Ángel, así de salvaje.
ResponderEliminarBesos