Pies descalzos sobre una playa de ladrillo podrido. Caminos trenzados sobre miel herida. Una llamada que viene del corazón del bosque. Un aullido que explota en tus oídos. Las estadísticas creciendo en los bolsillos de la casa que habitas, pero no te pertenece. Dos hipotecas y un abismo. Un abismo y cien mentiras para salir indemne de la semana, o del mes…
Marta Navarro
Miel herida, dulzura echada a perder en playas donde el ladrillo invasor corrompe.
ResponderEliminarQuizás sean así las casas que habitamos gravadas de hipotecas que nos llevan al borde de un abismo.
Besos.
Un placer leerte, Martica...Besos.
ResponderEliminar(Apúntate al Encuentro, ¿no?)
Ybris,
ResponderEliminarhabito una casa alquilada, pero la vida me parece que tiene más hipotecas que nunca. Madre mía!
Besos,
Miguel, ¿cómo has dejado el Nilo? Será que echabas de menos el Ebro.
El sábado nos vemos.
Besos,
Marta