La rótula ha girado
ciento ochenta.
Empolvamos de soledad la noche
para hacer soberano al silencio
que agrede la piel del labio
con el crujido invisible de su ira.
Entramos en la sima indefinible
de la sábana blanca
para agrupar al ejército de los sueños.
Y doblamos.
Doblamos la esquina,
con la indiferencia de quien cierra un libro
sin haber leído el capítulo central.
Laura Gómez Recas
La rueda del tiempo no para.
ResponderEliminarSimplemente desconectamos para evadirnos como si fuera otro giro el nuevo día.
A veces el que acaba se deja cerrado como un libro que se da por ya leído.
Otras, lo dejamos abierto.
Por si acaso nos da por leer el capítulo central.
Besos, Laura.
El aroma del silencio
ResponderEliminarsobre la noche cabalga,
después de besar tu frente
embriaga toda tu cama.
Enciende los sueños, esos que aún no están gastados por la fétida paz cotidiana.
Leerás un capítulo más.
Tu poesía llega desde y hasta lo más profundo.
Besitos Laura.
Qué dolor en el principio de esa indiferencia que elude el capítulo central, ay.
ResponderEliminarPoema grave.
Ybris, esa es la raíz del poema. La laxitud absurda del tiempo que transcurre casi inerte. Es un espacio de VIDA desperdiciado conscientemente. Lo cotidiano nos arrastra.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Elena, qué dulce... tratemos de encenderlos. La vida se merece un buen trato por nuestra parte. Creo que fue Wilde quien dijo algo así como que solo unos pocos viven, el resto se limita subsistir. (No son sus palabras exactas, pero es algo así.)
ResponderEliminarUn beso enorme.
Laura
Luisa, gracias por dejar tu rastro. Esa es la palabra: indiferencia...
ResponderEliminarGracias.
Laura
Si, ocurre, y se nos pasa sin que nada podamos hacer. Sólo dejarlo ir. Me gusta eso de "entramos enla sima indefinible de la sábana blanca..". Un beso, Laura
ResponderEliminar:o) Jaud, el lugar del descanso entre la sábana, donde todo parece detenerse. Me alegra que te haya gustado esa imagen.
ResponderEliminarAbrazos,
Laura