“Perded toda esperanza” es lo que pone en el cartel,
pero no para de sonar la puerta.
Entran y salen sin cesar, sin miedo,
como el que nada tiene que perder
(ni la esperanza)
Tal vez esté el cartel equivocado,
o yo no lo recuerde como estaba en la historia;
es cierto que hace tiempo que dedico mis fuerzas
a otras comedias más mundanas pero no a la divina.
Me fijo bien, uso mis gafas, miro
con toda mi atención. Sé que no me equivoco:
La puerta del infierno es la puerta del mundo.
Enrique Gracia Trinidad
Y a pesar de perder la esperanza nada más cruzar la puerta, siempre, siempre, acabamos reencontrandola por algún rincon del alma.
ResponderEliminarUffff, qué poema más impactante...
ResponderEliminarTremendo el último verso.
Un beso