Todos los abrazos que se volaron por el hueco de la ventana
buscan la calidez del sonámbulo
que una vez los retuvo.
La suma de las ausencias y los fracasos agitan
la desesperanza que lleva al rey de los insomnios
a un camino de peregrinaje interior
de axifisia existencial
con las emociones en en el maletero guardadas
para los siguientes viajes y los restos de piel y corazón
supervivientes
el cerebro no descansa porque cuando se entrega no piensa
y cuando pierde se desvanece en mil cuchillos en la garganta
En cien dagas sobre un estómago cerrado
y las puertas del desastre en mí,
en mis restos y fragmentos ya rotos
mi pequeño rompecabezas se descompone
y desarma hasta encontrarse de nuevo.
Sagrario Del Peral
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