Abandonó su sombrero
al aire de poniente.
A prisa cruzó
-sin meditarlo-
las líneas del agua,
arrebató rincones
al musgo,
desoyó censuras,
asoleó distancias,
sustentó al delirio,
debilitó a lo imposible
sedujo veranos,
como pájaro que emigra,
y, convencida,
aguardó su llegada,
en los andenes de la aurora.
Y regresó la noche
y el sombrero
-que el poniente se llevara-
y el musgo
y los pájaros…
Trini Reina
Me alegra que este poema figure entre los poemas seleccionados de Trini, es enorme.
ResponderEliminarSaludos
Como todos los poemas de Trini, y este también, son de una calidad enorme.
ResponderEliminarGracias por compartir
Abrazos