Brindis por la muerte.
Atada me llevas,
y tu
yunta me desliza
a una embriaguez certera.
... Tus dedos suspendidos
en mi cordura
convierten un momento en eternidad,
y una eternidad en
locura.
Quisiera resistirme,
aun así, me doy por vencida;
sé
que es la muerte,
y la muerte vida.
Rezo con el misticismo del
culpable.
Almudena de la Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario