Si el insomnio espanta tu noche
y tus pulsos vuelan inquietos,
palpa tras los cristales
los ruidos callados.
Si crees ver una sombra
camuflada en el viento,
asústate.
He mudado la piel mil veces
como serpiente de agua
y vengo disuelta en lo oscuro
para tenderte una trampa.
Estela Aguilar Jiménez
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