lunes, 24 de marzo de 2008
Otras Marinas
No se puede abandonar
entre las últimas palabras de la noche
el cuerpo del amante
como si en la derrota del asedio
sólo valiera el despojo de la dicha.
También se llevará la lluvia tu desnudo
como una marea interminable
a ese lugar donde las gaviotas callan
esperando el regocijo del asedio.
La luz de un faro
como los labios de un amante
emociona la soledad de los barcos
y el dolor silencioso de los muelles.
Cada vez que te amo en la arena de la playa
un surco de humedad se hace dueño de nuestro lecho.
El mar siempre me envidia que pueda poseer tu cuerpo
y busca hasta el mínimo recuerdo de tu dicha.
En la soledad del océano
siempre se resiente mi mirada
como si el oscuro azul del horizonte
no fuera más que el dolor de tus silencios.
Fotografía aquí
bella marina...
ResponderEliminarmirar al horizonte del mar es siempre emocionante, de uno u otro modo...qué suerte que estos meses lo voy a tener cerca...
un beso hasta mi ciudad
El faro de Chipiona .... el mas alto de España, lugar romántico para amores y poesía....
ResponderEliminarPor dios, señor, tu puedes hacer poesia con solo ver un crucigrama. Ahora que lo pienso, no eres tu quien se sienta frente a la hoja en blanco, es ella quien se sienta delante de ti esperando a que la llenes.
ResponderEliminarCada dia le admiro mas.
Besos y buen comienzo de semana.
Precioso...el final estupendo.
ResponderEliminarBesos
Asedio y conquista son victoria.
ResponderEliminarLa dicha es la su celebración.
Sería triste dejarla sólo como despojo.
El océano convoca a la soledad y al silencio.
No debiera vestirlos de dolor.
Abrazos.
Hermoso hasta el dolor...
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Fernando, me encanta cuando hablas del mar. Seguro que también envidia tus letras, sobre todo cuando hablas de él. Un besote.
ResponderEliminarTu primera estrofa encierra la dàdiva del corazòn abierto.
ResponderEliminarMàs tarde presiento la dicha y la desdicha conjugada como cierta.
Hermoso poema, evocador.
Besos, Fer