MORIR NO DUELE MUCHO de Emily Dickinson
Morir no duele mucho:
nos duele más la vida.
Pero el morir es cosa diferente,
tras la puerta escondida:
la costumbre del sur, cuando los pájaros
antes que el hielo venga,
van a un clima mejor. Nosotros somos
pájaros que se quedan:
los temblorosos junto al umbral campesino,
que la migaja buscan,
brindada avaramente, hasta que ya la nieve
piadosa hacia el hogar nos empuja las plumas.
Versión de L.S.
No temas el fin de la vida, teme más bien que nunca haya tenido un principio
ResponderEliminarsiempre me sedujo Dickinson y su lenguaje extremo, cómo estiraba el significado de las palabras, su sugerida abstracción... un martirio para el traductor... para el lector, un placer su delicadeza y su caricia
ResponderEliminarun abrazo
La pequeña, blanca y oscura Emily, bellísima.
ResponderEliminarque bueno!
ResponderEliminarPor si acaso duele (que no lo sabemos) espero seguir en este mundo, muchos años más
ResponderEliminarsimplemente genial...bello y verdadero
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