Me he de derrumbar como una vieja casa,
seré de nuevo un solar abierto al viento,
la lluvia y el sol de las mañanas,
la luna y sus velados pasos.
Tal vez tus ojos se reposen
y vengan a descansar entre mis ruinas,
tal vez recuerdes que fui un lugar donde dormías.
Fernando Sarría
Qué tristeza, Fernando.
ResponderEliminarEn un solar abierto al viento..., se puede edificar otra hermosa casa con sólidos cimientos.
Un abrazo.
Tal vez solo quiera quedarme aqui, para leerte una vez más...
ResponderEliminarQue hermoso Sr. Sarría...
Y que triste tambien...
¿Derrumbarse?
ResponderEliminarA veces lo hacemos porque no hay otra manera de reconstruirnos.
Y de ver lo pasado de otra manera.
Abrazos.
Derrumbarnos para volver.
ResponderEliminarBesos
Alba