Cuando siento el camino de hormigas
atravesarme el cuello
dando cuenta de lo breve de todo
me reafirmo en la voluntad obstinada
de reír sobre las cosas.
Lo digo porque, a veces,
noto que ascienden amagos de tristeza,
brotes que asustan porque se presienten fabulosos
y no quiero ni resguardarme a su fresca sombra,
aunque sería tan dulce,
a ratos, el dejarse llevar.
Soy muy dura con esto,
por eso algunos días, como hoy,
cuando me sacan sangre,
el líquido fluye rosado y tibio,
sin negrura, sin grumos,
como si nada me doliese.
Inma Luna
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