Enraizarme en tu pecho, con cada latido
Sembrarme entre tus brazos, abonada en caricias
Cuajar un amor dulce, almíbar en tu boca
Regar con mis manos tu tronco-hombre, sólo mío
Nacer en ti cada noche revueltos en ramas,
hojarasca y tierra fecunda: Amasijo de carne
como madreselva sarmentosa enroscada
Germinar por ti cada una de todas mis madrugadas
Y envolverme con tu triste verde sonrisa,
hasta que desaparezca y sea abono amante
de una historia de amor, la nuestra,
hecha de sol, luz y terrosa sangre.
Virtudes Montoro López
Es preciso. Una vez más es dificil no "enraizarse" en tus letras.
ResponderEliminarGracias Carlos, se enrendan mis versos, y todos ellos te mandan un fuerte beso y un fuerte abrazo!
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