miércoles, 2 de marzo de 2016

RESPONSABILIDAD PENAL



Disculpo,

A la niña malcriada que me negó el primer beso y luego amo a todos los chicos del vecindario.

A la familia que te acepta siempre sin comprenderte nunca.

A los obreros que boicotearon la huelga trabajando a destajo por las noches y a escondidas.

A las amantes que me fueron infieles durante años.



Exculpo,

A los amigos que me delataron en confesiones arrancadas con tormento por los militares.

Al patrón que te despide sin motivo después de explotarte durante años con saña.

A los camaradas que desatendieron sus sueños sin alcanzarlos ni una sola vez.

A mis mujeres, cansadas de mis medias verdades y mis muchas mentiras.


Nada te reprocho

A ti

que ni fuiste ni quisiste

que asumiste la derrota sin apenas batallar

que ganaste alguna vez con cambalache y malas artes

que te pareces demasiado a mí, sin aceptar ser yo.


No perdono

A la Muerte,

a la furcia que arrebata la vida

a una joven de ojos verdes

a la que asisto impotente

mientras su verdugo

acuna entre los brazos

un muñeco de trapo

sucio viejo y triste

que le ha robado a la niña antes de fenecer.


Condeno a la Muerte

a la pena capital.


Francisco Javier Solé Ribas



1 comentario:

fco. javier dijo...

Este poema pertenece al libro "La casa del silencio"