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domingo, 5 de febrero de 2017

Fiebre de otoño



Esta fiebre amarilla del otoño

y esta lenta agonía

de la tarde,

despabilan mi voz adormecida

agolpando en el filo de un instante

un tiempo sumergido

en la añoranza.


Soy solo la mitad de un desaliento,

un segundo de adiós

sin decir nada,

un cuerpo desnudándose a la espera

de esos días de lluvia que te pones

como una sombra azul

en la sonrisa.


En los días lluviosos llora el viento,

se le ponen ojeras

a la tarde,

se le mojan los labios al otoño

y una lágrima gris araña el cielo

como lluvia con sed

que somos todos

hasta que alguien nos bebe dulcemente.



Marcelino Sáez García



sábado, 4 de febrero de 2017

Muerte




La conozco muy bien,

por eso os hablo

con esta cercanía de la muerte,

yo he muerto muchas veces,

muchas, muchas

y todas me han dolido, pero acaso,

la que más me dolió fue la primera.


Después me acostumbre

y pasado un tiempo,

el morir era solo una rutina,

un ejercicio más

imprescindible

en esta cotidiana singladura

en la que vida y muerte era lo mismo.


Ahora que la luz aún me transforma

de sombra a claridad

sin darme cuenta,

ya me estoy preparando, por si acaso

de tanto morir tanto

en una de esas,

la costumbre me cierra un día los ojos

y se me olvida abrirlos para siempre.



Marcelino Sáez García



viernes, 3 de febrero de 2017

Gangrena





La tristeza devasta la memoria

en lo más irredento de mí mismo,

y siento la erosión de los recuerdos

de la ultrajada voz desaforada,

de todas las vivencias compartidas

y de algún sueño roto puesto en fuga.


Agita remolinos en las aguas

donde el tiempo se pasa como espuma,

reinventa la tragedia, la transcribe

y aviva las inertes tradiciones

con otro testimonio de sí misma.


Pero no, no me vale su palabra,

su inexacta verdad, su veredicto,

mi apócrifa verdad, es solo mía

como mía es la voz con la que nombro

el impaciente transito del tiempo

o el desorden banal de lo vivido.


Aparece en la noche como sombra

en la vidriosa curva del insomnio,

letárgica memoria desvelada

cómplice de sí misma contra el miedo,

defenderé el recuerdo que me queda

temblando entre sus dedos gangrenados.




Marcelino Sáez García



jueves, 2 de febrero de 2017

La irrealidad de ser




No se puede cortar la flor del viento

ni llorar tenues lágrimas

de arena,

ni enviar una carta nunca escrita

ni añorar lo que nunca se ha vivido,

pero sí recordar

a aquellos hombres

que escribieron la historia sin saberlo,

sin querer pretender ganar la gloria,

que nos dieron su vida

hecha fragmentos

con el arma sutil de la palabra.


No se puede olvidar a los vencidos

que ahora duermen su sueño

sin retorno,

sin esa identidad que les robaron

sin derecho a una lápida y un nombre,

no se puede olvidar

a quien la muerte

les sorprendió tan lejos de su patria

con los ojos cegados de tristeza

y la sangre feroz envenenada.


Nadie puede olvidar a los ausentes,

a los hombres sin nombre,

sin contornos

porque instalados viven en la sombra,

en el pan que comemos,

en el aire,

en la memoria abierta como herida,

ni ignorar esas muertes anunciadas

que no están aún escritas

porque nadie

sabe mirar más lejos de sí mismo.



Marcelino Sáez García



miércoles, 1 de febrero de 2017

Cuerpos




Primero fue el silencio y la apatía,

oscura enredadera

que trepando

se adhería a mis labios silenciosa.


Después, fue la palabra nunca dicha,

la sublime obsesión

de ser tan solo

una idea que nunca tomó forma,

una línea de puntos

discontinuos

que inconexos, no fueron nunca un trazo.


Más tarde, cuando el tiempo se deshizo

en inmensos fragmentos

de horas muertas,

ya era tarde, muy tarde para todo,

para volver atrás o reinventarnos,

porque habíamos perdido

la memoria

y tú eras un contorno sin un cuerpo

y yo era solo un cuerpo, sin futuro.




Marcelino Sáez García



martes, 31 de enero de 2017

Caos





En este tiempo gris de incertidumbre,

vivimos la anarquía del silencio,

de las medias verdades,

de las trampas,

de la caza del hombre en su reserva.


Y nos tiran a dar,

tiran al blanco

contra la indecisión, contra la duda

y generan más duda, más desprecio,

más distancia entre el hombre y su discurso.


Y juegan a engañar como trileros,

¿Dónde está la verdad?

¿Dónde se esconde?

nos quieren confundir pensando siempre

que quien hizo la ley, hizo la trampa.


Basta ya de mentir,

hombres de hielo,

no nos vendáis un mundo que no existe,

sois solo lo que sois; papel mojado

que destintó la lluvia de la espera,

ya no tenéis palabras, solo gestos

que obscenamente hoy hablan

por vosotros.




Marcelino Sáez García



lunes, 30 de enero de 2017

Sumas



Sumábamos las horas de vacío,

los sueños incompletos,

los insomnios,

los besos apagados en los labios

con la oscura certeza de perdernos.


Sumábamos los tuyos con los míos

y el resultado nunca

daba el nuestro,

nos daba incertidumbre, miedo, dudas

como única razón para alejarnos.


Pasábamos las noches

entre sumas

y haciendo los balances más extraños

y nunca aparecía esa palabra

que cuadrara el montante de futuros.


Hoy, solo sumo ausencias,

desgarrones

y lágrimas vertidas entre líneas,

junto a la soledad que hoy me recuerda

que no siempre mi vida fue silencio.


Voy dejando de lado

ya las cuentas,

¿Con qué puedo sumar la mitad mía?

esta débil mitad que de mí, resta

no es sí no el subproducto del olvido.




Marcelino Sáez García



domingo, 29 de enero de 2017