Poema de David González de su libro Algo que declarar
LOS CENSORES
mientras leo que
en el real monasterio
de san lorenzo
de el escorial
había una sección concreta
de libros prohibidos
que para evitar
que alguien
pudiera leerlos
había sido
cosidos
la imagen que me viene
la visión poética
si se puede decir así
es la de unas manos
agujas de verdugado
hilo de bramante
y los labios
de cualquiera de nosotros.
domingo, 9 de septiembre de 2007
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2 comentarios:
Sabía de esos libros.
Y me ha encantado el poema.
Gracias al catálogo de libros prohibidos conocí y leí a ese Erasmo que siempre me encantó.
Lo que no quita lo horrible de los labios cosidos.
Un abrazo.
un abrazo Ybris
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