jueves, 30 de junio de 2011

De mis labios traspasa la frontera





De mis labios traspasa la frontera,
quédate a vivir más allá de mi boca.
No te vayas al alba si me duermo.

Amor mío del alma,
eres como la flor de otra primavera,
que estás aquí
pero a nadie perteneces.

Unas mariposas pasaron
y dejaron su vuelo de terciopelo
pegado a mis pestañas.



Concha Vicente Estebán


miércoles, 29 de junio de 2011

No se oía la noche




No se oía la noche,
en un lecho de amor se deslizaba
retrasando la aurora.
Al amanecer,
el tiempo recobró
su tic-tac detenido.


Concha Vicente Estebán


martes, 28 de junio de 2011

En noches como esta





En noches como esta,
en que todo es vacío y siento
que soy un precipicio que se hunde así mismo,
quisiera morir
o volar o perderme,
o llorar diez minutos
sin que nadie me viera.
Preguntar por mi nombre,
por mi edad y mi tiempo,
por el amor perdido
que me acogió en sus brazos.
Enramarme a sus piernas,
crecer entre su vientre,
beberme sus jadeos
y quebrantar las leyes
hasta romper el mundo.




Concha Vicente Estebán


lunes, 27 de junio de 2011

Empujo la herida hacia el olvido





Empujo la herida hacia el olvido
y la mano dispuesta a la ternura,
te pongo en el primer lugar del mundo,
guardando en mi memoria tus pisadas
y la continuidad de un abrazo.
Aparece la palabra precisa,
y comprobamos que todo un calendario
no es bastante para amarnos.

No hagamos más de los ojos la frontera,
porque ahora vamos a mirarnos al revés,
de afuera hacia adentro,
traspasando las pupilas encendidas
hasta que se nos doble el corazón
y nos sepamos indivisibles.
Porque quiero que me anides
sin que nada se interrumpa,
ovillarme en ti, tan en ti,
tan en tu sangre,
que no haya regreso.



Concha Vicente Estebán


domingo, 26 de junio de 2011

Semana dedicada a Concha Vicente Estebán












II Glosa (44 glosas de los segundos soles)



« C’est pourquoi m’assaille la peur de toi. »



Por eso tengo miedo, me asalta el miedo de ti.
Me confunde tu olor,
tus palabras me atraen
como un pozo,
como un abismo
o la tentación del vacío:
vacío estoy de ti
lléname ahora,
que no quede un rincón
de mi cuerpo
vacío de ti, de tu presencia…



Mariano Ibeas


sábado, 25 de junio de 2011

I Glosa ( 44 glosas de los segundos soles)

« —Je crois que tu es, femme, le dernier corps que j’étreigne. »



Creo que eres, mujer,
el último de los cuerpos que abrazo.
Acógeme en tu seno, mujer,
en el umbrío solar de tus encantos,
déjame reposar un punto entre tus brazos,
que mi cabeza sienta el calor de tu mejilla,
que mis hombros toquen la tierra junto a ti
Quiero que tus brazos
me rodeen y tus piernas
se abran, como una tumba
donde pueda reposar contigo
eternamente…



Mariano Ibeas


viernes, 24 de junio de 2011

Llenar el vacío V





Todo vuelve a su raíz,
el vacío, antes de rodar el tiempo,
la nada antes que el espacio,
cuando el polvo torna al polvo,
el agua al agua…
el aire se revuelve en tolvaneras,
la piedra que choca con la piedra,
el fuego alimenta el rayo
no alienta primaveras
ni late en las semillas
no vuelan en el aire los vilanos
ni giran las sámaras del olmo ya maduras
ni estallan los aquenios de los cardos,
las negras silicuas no se abren al vacío,
estróbidos de abeto, pixidios, glandes y bayas,
siconos y hesperidios…
negados a la tierra,
a la tierra sedienta y yerma
a la piedra que estalla fabricando esquirlas
arenas infinitas, desiertos de piedra
golpeada por el sol
implacable
en su intento ciego de salir cada día
alumbrando sombras:
roto el corazón
no queda nada.




Mariano Ibeas


jueves, 23 de junio de 2011

Llenar el vacío IV




el lazo de la esperanza desatada
vuelve a ser dogal
y nudo al cuello
aprieta sus anillos de serpiente,
las fibras del dolor
tensan la urdimbre
y la tela estalla, se arpa,
se rompe de arriba abajo,
como el velo del templo,
como tela de araña
tendida en el sendero,
violenta y desatada
encerrando en su centro la muerte
y sus entrañas
inicio y final de todo…


Mariano Ibeas


miércoles, 22 de junio de 2011

Llenar el vacío III





arranca en el dolor
y cae
vertical y recóndito
en el pozo, en la charca primordial, el palustre,
se entierra en el vértigo del lodo,
en el légamo viscoso, la pez y la hez…
empecinado y todo busca sobrenadar
y el vano intento lo hunde en la pecina
del tremedal, la ciénaga y el barro,
la arena movediza lo estrecha entre sus brazos,
el pantanal lo reclama como suyo,
la turbera celará sus huesos,
el mar de cenagales:
nada sobre el cieno
nada sobre el erial
nada en el horizonte
nada sobre la espalda
el cénit es un vacío de infinito
que se cierra sobre el misterio del nadir,



Mariano Ibeas


martes, 21 de junio de 2011

Llenar el vacío II

Y sin embargo,
el vacío es fecundo, lo llena todo,
se traga las palabras
y las lágrimas,
inunda los sentidos:
ciega, calla, muda
aleja las huellas y la piel
de la punta de los dedos,
deshace las caricias…
no sabe de luz ni de color
no sabe
de la flor ni su corola, de los pétalos y anteras,
de estambres y pistilos,
no separa sépalos, cálices y ovarios
hosco, despoblado y yermo
el golpe irracional, seco y seguro
quiebra la fibra enhiesta,
arranca la raíz,
seca la rama, dispersa las hojas verdes
con la eficacia del cierzo en el otoño,
hiela la savia
y todo se detiene
y el vacío y la nada lo inundan, lo diluyen
como una niebla,
como la nieve que cubre la tierra
y borra el horizonte
__nada y flota en el vacío__
como en un caldo primigenio
en la vorágine del caos,
en la oscuridad de lobo.


Mariano Ibeas


lunes, 20 de junio de 2011

Llenar el vacío I





A Jorge Vela, que se le rompió el corazón.
A Pilar Aguarón, que pinta.
A J.A. Lasa, que procura llenar el vacío.




UNO


Algunos versos se escriben
desde la carne misma,
algunos desde el dolor
desde la sangre
desde el vacío…
un vacío y un hueco,
en la distancia,
el pozo, la brecha que se abre
y que amenaza
con sus fauces insaciables,
se traga todo…
buscando la tierra y su raíz,
el eje pivotante, entre el cénit y el nadir,
buscando los orígenes, el comienzo
el centro del círculo
__geotropía__
vaciándolo todo, hasta la raíz,
hasta el vacío.



Mariano Ibeas


domingo, 19 de junio de 2011

Semana dedicada a Mariano Ibeas




La hipocresía anida entre sonrisas






Todo aquello que nunca dije
y que probablemente
nunca diré,
encadena mis pies
y aletarga mi mente.

La nostalgia es siempre
un zarpazo que no cicatriza
una brecha que sangra
derrochando todo
lo que habría de ser olvido.

Y sin embargo me siento capaz
de afilar mis labios
cuando me miras sin mirar.

Pero me detengo, un instante,
y engendro un eslabón más
de esa opresión que anuda
pies y aletarga mentes.

Hago nudo en el momento,
y permito una paz
que sobrevive, a golpe
de silencios.

Y una sonrisa, hipócrita, lo sé,
aparece sin ser llamada
como muro infranqueable
de las palabras.




Maribel Sánchez


sábado, 18 de junio de 2011

Graznar, graznar que se os acaba el tiempo








Graznan cuervos en desespero, con la palabra anclada en el pasado de amplios vuelos, donde sus alas eran únicas sombras sobre el abismo que separa cielo de infierno. Negro y púrpura aliados de mando y ordeno. No riegan campos donde la cosecha se ha ido escurriendo y exigen el grano que mantenga la despensa siempre a tiempo. Sus abultados buches temen quedarse en apenas hueso. ¡Que rompan las arcas de la mentira y el miedo!



Maribel Sánchez






viernes, 17 de junio de 2011

DESDE EL CORTIJO






Siete retamas delante el cortijo
dos chumberas y un olivo.
la cal enmudecia en las paredes
olores de tierra seca por to el cerro
y un sol que quema los sentios.
no tié na pa el turismo la solanera esta
pero se clava en las venas
de tos sus hijos.
La noche se infla de mosquitos,
el fresco huye por los caminos
las sabanas escurren sudor
de desvelos y suplicios.
Ni una nube que marque tormenta
se acerca a tapar las estrellas.
Y la tierra se eleva en polvo
capaz de cegar lo vivio.
no tie na pal turismo la solanera esta
pero se clava en las venas
de tos sus hijos.





Maribel Sánchez


jueves, 16 de junio de 2011

Los nudos quedaron deshechos





Amanezco de nuevo sobre el papel
desnudo mi ser ante la blanca mirada
de esta sábana blanca
enganchando quien soy sobre él.
Abiertas mis alas de hada
emprendo el vuelo en la palabra
lejos de tanto como no quise ser.
Hoy las aceras no me persiguen
ni las sombran acechan mis pasos
que nada impide a mis manos
hablar, desde la misma cumbre
en que me instalaré.
Los nudos quedaron deshechos.



Maribel Sánchez


miércoles, 15 de junio de 2011

Vestida en deseo





Me visto ropas de lujuria para encontrarte
pero tú, desabrochaste los botones de mi piel
tan sólo con mirarme.
La próxima vez, vestiré coraza de acero
y vendas de orgullo sobre los ojos
así, será más difícil el camino
hasta que puedas hallarme.



Maribel Sánchez


martes, 14 de junio de 2011

En mi sueño





Te vi caer, tras los hilos rojos
movidos por el viento
hecho añicos llegaste al suelo.
Desposeído de lo que fuiste
desnudo y frío.
Te vi caer, al vacío donde
la oscuridad era más opaca
más olvido, más silencio.
Y nadie reconoció tu cuerpo
y nadie exclamó un lamento.
En la caída pronunciaste nombres
lugares y momentos,
los mismos de tantos ojos
que al iniciar tu vuelo, lo advirtieron.
Te vi caer… ciego y lejos.



Maribel Sánchez


lunes, 13 de junio de 2011

Sin título



Que lejos quedan
tus ganas de mis ganas,
tu espera pasiva
de mis giros continuos,
tu busca de todo
de mi encuentro en todos,
tus gestos pausados
de mi entrega plena.
Que lejos queda
y que tan cerca
se aciertan los olvidos.



Maribel Sánchez


domingo, 12 de junio de 2011

Semana dedicada a Maribel Sánchez



SIGO SIENDO BLANCANIEVES


Porque sigo siendo una Blancanieves enana
a la que siguen dando de comer
manzanas con veneno al mediodía
y las come sin protestar
por si, con el ayuno,
merma el cariño.
Y a veces levanto la voz
para que la droga
sea menos mortífera
y la madrastra menos bella
y el espejo menos viejo
y el corazón menos seco.
Por todo eso lloro,
a veces sin que me veas,
cada vez más en público,
porque los afectos ya no me encogen
y el pudor ya no me vence.
Y me sé pequeña
pero me sé valiente
y el llanto me hace humana
y tú te ríes,
pero nunca falta
quien lo hace suyo
y no me abraza,
pero me enciende el cigarro
o me cuenta un chiste
o me habla del tiempo que hizo anoche
y entonces el llanto cesa
y la sonrisa se expande
y el poema se escribe
con letras de fiesta.
Y yo sigo teniendo madrastra
y manzanas con veneno,
sigo siendo una Blancanieves enana
con los ojos miopes
pero soy dueña de mis segundos,
de mis llantos vespertinos,
de mis sonrisas ajadas
y de mis orgasmos.


Sonia San Román


sábado, 11 de junio de 2011

BLANCANIEVES




A Blancanieves la mató su madre (Diario El Mundo. 02 de octubre de 2003)

Me sorprende que todos os empeñéis
en ser mis madrastras,
mis enanitos,
mis espejitos mágicos,
mis manzanas venenosas.

Soy la Blancanieves negra
inmune a vuestro cianuro,
que escupe
a esos príncipes perfectos
plastificados y púberes.

Soy la Blancanieves
menstruante,
la princesita preñada,
la impúdica y casquivana
Blancanieves de taberna.

La niña despierta,
mientras se hace la dormida.

La Blancanieves
de látigo húngaro,
de katana japonesa
y de puño americano.
La Blancanieves con metralleta.

La princesa de la voz agria,
la de los gritos duros,
la de la cerveza amarga.

Blancanieves sin madrastra,
sin príncipe,
sin enanos.




Sonia San Román


viernes, 10 de junio de 2011

MÁSCARAS





A pesar de que ya no distingo
la mueca de la risa de la del dolor
-las dos son lo mismo ante el espejo
porque los ojos hablan hacia abajo
y queman la cara
como un pastel de ortigas-
escojo mi deambular extremo, ultramarino,
periférico, Polo Norte y Polo Sur
a tu Ecuador, tu balanza y tu aurea mediocritas
porque es lo que soy,
sin más remedio:

piedra de muralla
arañada por grietas y por tránsitos.




Sonia San Román


jueves, 9 de junio de 2011

OLORES





Quiero ser fabricante de olores
para que la gente tenga algo
distinto que regalar en los cumpleaños,
en los bautizos, en las bodas
o en las fiestas de guardar.
Quiero vender un frasco que contenga
esencia de olor a tiza blanca,
mezclada con una pizca
de mina de lápiz recién afilado
para los que añoran la infancia.
Para los atrapados tendré
eau de toilette de gasolina,
sutilmente mezclado
con un toque amargo de cerveza.
Para los tristes olor a palomitas
de maíz y a chocolate con churros
Para los exiliados en las ciudades
esencia de puchero y sopa de ajo.
Para los ancianos un bálsamo suave
con aroma a recién nacido.
Y para quienes todo tiene
el mismo olor, el mismo sabor,
la misma forma,
les daría un frasco vacío,
como su vida.



Sonia San Román


miércoles, 8 de junio de 2011

ESCOCIA



Un camión cargado

de güisqui Glenffidich
nos adelanta por la derecha
en una carretera
atestada de ciervos
y de vacas con flequillo.

Suena el himno de Escocia
en la furgoneta.

Algunos dormitan,
otros miran por la ventanilla
y limpian con la manga del jersey
el vaho adherido a los cristales.

Algunos mosquitos enanos
se han pegado a su trampa
de alientos cálidos
y de gargantas heladas.

Un caza americano F-16
sobrevuela el lago
como un moscardón insolente.

Dicen que aquí repostan
para ir al Líbano
a seguir con sus asuntos.

Una niña ríe y no me molesta.

Es una novedad estar en paz
con este cuerpo que me envuelve.

Algo me sonríe entre las tripas
y me conecta a la moqueta verde
de antiguos glaciares,
a la turba que destila cascadas
de cerveza negra
y que calentará el hogar
en el invierno.

Algo me tira del centro del ombligo
y me obliga a expandirme
entre valles infinitos,
entre piedras tan viejas
como el mismo Dios.

Quizás vine a buscarle a Él
a estos parajes
donde los hombres
son más hombres
si llevan falda,
donde la tierra se cultiva
con un mimo antiguo,
donde el clan familiar
da el cobijo necesario
a los hijos que vienen.

Quién sabe si,
después de todo,
Dios no es sino
ver pastar a los ciervos
entre una fina lluvia de alfileres,
la soledad de las islas
entre el viento del norte
llamando a la ventana,
la manta de cuadros
que abriga tus tristezas,
la cerveza cremosa
en buena compañía,
las risas de los tuyos
y el corazón en calma.



Sonia San Román


martes, 7 de junio de 2011

VERDE




Verde que te quiero verde.

Federico Gª Lorca


Está cayendo sobre mí
una lluvia gruesa
que huele a pescado viejo.
Se sienten verdes los edificios
y los pasos de cebra.
Es más verde
el verde de las hojas
con el tronco ennegrecido
por el agua.
Llueve verde y tiñe
de verde mi espanto.
Son verdes tus pupilas
mirando esta lluvia de fantasmas.
Soy charco que refleja césped
y césped que amontona lluvia.
Somos norte y nube y camino
sin norte plagado de nubarrones.
Mi voluntad reverdece en esta tarde
mojándome los pies
y, en tus pies mojados,
me tumbo a echar raíces.



Sonia San Román


lunes, 6 de junio de 2011

FANTASMAS



A mi abuela Brigi

Mi abuela no tiene miedo
a los fantasmas.
La rodean, la acompañan,
la arropan, le hablan
a través de la masa de
las rosquillas
y del silencio intermitente
del tic-tac
del reloj de la cocina.

Están en sus viejas historias,
en sus fotos
y en un lugar húmedo
y oscuro detrás de sus cataratas.

En cada una de sus palabras:
pan, jabón, manos, hija, cebolla...

En sus recuerdos en blanco y negro
y, cada vez más,
en mí

cuando aspiro su olor
a limpio y a puchero,

cuando me atrevo a asomarme
a la orilla amable
de sus ojos tintineantes,

cuando distingo sus rasgos
en los rostros antiguos
de las fotografías,

cuando callamos junto a la estufa
y dejamos pasar el tiempo
que necesitan - para hacerse-
las rosquillas.

Rodeadas, acompañadas,
arropadas por las sombras,

sin miedo

porque los fantasmas de mi abuela
también son míos.



Sonia San Román


domingo, 5 de junio de 2011

Semana dedicada a Sonia San Román



DEMASIADO COBARDES





No era posible.
Nos sentíamos
demasiado cobardes
para escucharnos.

Y para no herirnos,
escondíamos nuestro
lagarto rojo y verde,
enterrándolo en la hojarasca
de una risa infantil
blanda como el lecho
donde duerme la luna.

Allí, se suicidaba
nuestro vientre, mudo y ciego,
mientras estallaban a escondidas
millones de amapolas
gritando: ámame,
desesperadamente.



Anaís Pérez Layed


sábado, 4 de junio de 2011

MIS MANOS DESNUDAS






El oráculo siempre responde

a mi pregunta,
pero tú no vienes,
y te espero ante la hoguera
de mi cuerpo,
cada hora de mi vida.

Cuidando, como una vestal,
el fuego secreto,
así nunca se extingue
la llama en la que ardo
por la que sigo viva.

Cada noche
prendida la mantengo
hasta muy tarde, hasta que la aurora
enciende una vez más el cielo
de oro y de granates.

La vida hoy,
también amaneció bailando,
entre los árboles del bosque,
alrededor del circulo de piedras,
sin consolar mi llanto, mis heridas...

Y colgada de los ojos ámbar,
de un pájaro oscuro,
bailo aún descalza, despidiendo
los últimos reflejos de la luna. Vistiéndote,
interminablemente,
con mis manos desnudas.




Anaís Pérez Layed


viernes, 3 de junio de 2011

ESCARABAJOS DE AZABACHE






Duermen los escarabajos,
de azabache,
prendidos, entre tu pelo ciego.

Agradezco sus cosquillas,
porque despertaron
a las libélulas de cristal
que simbióticas vivían,
adosadas a mis muslos,
lastrándolos, tácitamente,
como si fuesen de metal.
Apoderándose de ellos,
con su mirada de jabalí
torva y aciaga.

En aquel tiempo,
las arañas dudaban, si comerse
mis nalgas. A pesar
de que silbaba la serpiente
subiendo
por mi espalda, sudorosa y mojada.

Y aunque ya no soñaba con lechos
de flores perfumadas, la tempestad
me arrebataba, furiosa,
todas las caracolas, abrasadas.

Y tú, ahogándote en bocas nacaradas,
de niñas ebrias
que sueñan
entre algodones verdes.
Dormido
en el almíbar de otros tiempos,
naranjas y dorados.

Sobre alzados tacones,
con paraguas mojados, brillan
las botas altas,
de mil caperucitas rojas,
perdidas en el bosque de mi llanto callado.



Anaís Pérez Layed


jueves, 2 de junio de 2011

TU MAZMORRA





Yo no puedo vivir
condenada a la humedad fría
de tu gruta.

Me carcomo sin fe
en las mazmorras
de tus miedos llenos de ratas.

Yo no puedo vivir
intentando peinar
tu peligrosa cabellera
de Walpurguis.
Despiadadas me muerden
sus violentas serpientes.

Ya no quiero vivir
prisionera y perdida
en la negrura de tu túnel.
Tratando de escapar eternamente.

Necesito respirar afuera,
aquí contigo,
se suicida hasta el aire.




Anaís Pérez Layed


miércoles, 1 de junio de 2011

ESCAPO A UN PARAÍSO





Cierro los ojos y escapo
a un paraíso
donde tus miradas
me muerden
como lobos, me aúllan
y despierto
cubierta de nada dolorida,
abrazada a los átomos
del centro de tu ombligo.

Te recuerdo en cada edad
-aunque no te he vivido-
y en cada fuego infantil,
eterno crepita el tuyo,
me interroga, regalándome
a cada paso
la magia de la vida,
porque tú ocupas
su risa, a la sombra
del arco iris pleno.

Ya apenas reconozco,
el latido de tu pulso lejano,
en el aliento de las calles,
y en el fluido paso de los ríos
que se marchan
llevándose mis días y el futuro.
Y aún así
lloras conmigo
en cada lluvia.




Anaís Pérez Layed