miércoles, 1 de junio de 2011

ESCAPO A UN PARAÍSO





Cierro los ojos y escapo
a un paraíso
donde tus miradas
me muerden
como lobos, me aúllan
y despierto
cubierta de nada dolorida,
abrazada a los átomos
del centro de tu ombligo.

Te recuerdo en cada edad
-aunque no te he vivido-
y en cada fuego infantil,
eterno crepita el tuyo,
me interroga, regalándome
a cada paso
la magia de la vida,
porque tú ocupas
su risa, a la sombra
del arco iris pleno.

Ya apenas reconozco,
el latido de tu pulso lejano,
en el aliento de las calles,
y en el fluido paso de los ríos
que se marchan
llevándose mis días y el futuro.
Y aún así
lloras conmigo
en cada lluvia.




Anaís Pérez Layed


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