lunes, 30 de noviembre de 2015

EL PULSO V



“Lega a sus hijos/una madre que sueña/que baila/que sonríe./Una madre que llora/y ama./Una madre sin dinero/que no zurce calcetines./Una madre que escribe poemas/en una lengua que no entienden”.
Maram al Masri


Lego la exactitud de lo imperfecto a todos mis apéndices,

el brazo acribillado con que escribo sobre la podredumbre,

sobre el devaluado precio del insomnio y sus caderas mustias,

quizás sobre la nada y su infinito acervo,

quizás el corazón.



He abierto tres puertas sin cerrojos al hermoso delito de la vida

y camino con la lengua en vigilia, amordazada al pan,

en la ruta gastada de la edad que tiernamente suma.

Lego la esclavitud del llanto, esa dote perpetua de las hembras

que heredé de mi madre,

y unos dedos de aguja con los que zurzo lágrimas

cada vez que en el pecho se rasga la tristeza.



Todos los diccionarios fracasan en sus ojos

en su pequeño amanecer de olivos

en los desordenados labios que sonríen para no delatarse.

Ni una sola palabra podría soportar tanta justicia.



Sólo puedo volver la voz al barro y esperar el silencio,

yo lego mis hijos al poema.


Sara Castelar



domingo, 29 de noviembre de 2015

Semana dedicada a Sara Castelar




ME DECLARO CULPABLE



Juro decir la verdad,

toda la verdad

y nada más que la verdad,

prometo contar al mundo

lo que eres para mí,

cómo logras que me sienta

yo mismo contigo,

que mis ojos sólo saben mirar

si tú estás enfrente

y son tuyos como lo soy todo yo,

que me gusta tu vida

y todo lo que conlleva,

lo bueno, lo malo y el porvenir,

que me gustan tus treinta y tantos,

verte vestida con vaqueros

o con un vestido y tus tacones,

que no eres el problema,

cariño,

que eres la solución,

la cura de todos mis males,

que me cuidas y me quieres

como nunca lo ha hecho nadie,

que adoro verte dormir

tanto como adoro verte reír

con mis chistes malos,

que Madrid sólo amanece

si tu abres los ojos,

que no existe el poema

que te haga justicia,

que lo que otros se pasan

media vida buscando

yo me dedico a vivirlo contigo,

que pierdo mi norte

cuando viajo al sur de tu cuerpo,

que cuando te corres

provocas un tsunami

al otro lado del mundo,

que me vuelves loco

porque me inspiras dulzura

y al mismo tiempo

con sólo mirarte a los ojos

consigues que conjugue follar

en todos los tiempos verbales

en los que detrás quepa un contigo,

que te admiro por tu fuerza y tu coraje,

porque metiste tu corazón

en un búnker

pero me dejaste abierta la puerta,

que has leído tantos libros

que no cabrían en tus maletas,

que escribes versos que hablan de mí

y yo me siento el rey del mundo,

que soy republicano

pero tú eres la reina de mi vida,

que quieres dar la vuelta al mundo

conmigo

y yo no pienso soltarte la mano,

que en tus labios y en tus brazos

soy mejor persona,

que mereces ser feliz

y no me pongo otro objetivo,

que es lunes

y ya es viernes,

que es martes y sábado,

que si me dan a elegir

un lugar donde morir

elijo tus pechos de niña,

que si fuera gota de sudor

moriría resbalando

hasta el piercing de tu ombligo,

que mi nombre suena mejor

con tu voz,

que por llevarte dentro te comería,

que hasta mi sangre es tuya,

vida mía,

que esto no es todo,

que es sólo el comienzo,

que como acusado que soy

de este placer inmenso

que es amarte,

si la pena es la cárcel

de tu piel,

me declaro culpable.


César Ulla






sábado, 28 de noviembre de 2015

GÉNESIS, 8-11



Al principio fue el vacío, la ausencia de esperanzas y deseos, la nada infinita, la locura interminable de los días desiertos, la oscuridad cegadora que, a veces, todavía me asalta cuando me faltas.

Y se hizo la luz una tarde de noviembre. Creo que era de noche y te juro que vi salir el sol. Colores, matices y tonos que el mundo no ha conocido porque no te han visto como yo puedo verte. En aquel momento insuflaste vida dentro de mí y supe lo que era respirar.

Me llevaste a crear el universo en siete segundos, en cada una de las esquinas donde nos comimos la boca, en cada cruce de caminos donde la decisión era fácil: o tú o el mundo, sin saber que el mundo dejó de importarme en aquel instante.

Creaste el mar, el vaivén de las olas, la sal de tus besos, las cordilleras alcanzables de tus pechos, el valle fértil de tu vientre, la seguridad de tus manos cogiendo las mías como si fuera a salir corriendo... ¿Pero por qué querría huir de ti si era de barro y me hiciste de carne, si tenía perdido el rumbo y tu piel me mostró el camino?

Y creaste los animales de mi pecho, los que laten con furia y avidez cuando te pienso, los peces vivos de tu sexo que guardo en las aguas turbulentas de mis recuerdos, creaste mi futuro a tu imagen y semejanza, creaste la risa atronadora, los finales felices y, cuando todo parecía creado ya, me regalaste la magia de las noches de orgasmos infinitos hasta el amanecer y vuelta a empezar.

Ahora, desde este éxodo de tu distancia, pienso en aquellos a los que les mostrarás que es posible hacer de una cama el paraíso y no prestarán atención más que al placer efímero, porque no pueden hacerte feliz aquellos que creen que eres un ser humano corriente, sólo puede lograrlo aquel que te ayudó a levantar el cosmos aquellos días, que sabe que puedes dar la vida y que espera, sin importar cuánto tiempo pase, que sigamos escribiendo esta historia, nuestra historia.

Sentados al borde del eterno amanecer que nos aguarda juntos, te regalaré días de primavera en tus caderas y, para fundirnos en un sólo cuerpo, abriré tus piernas y te comeré con lujuria, entraré en ti a diario para que el eco de tus gemidos recorra planetas, astros y lunas, para que permanezca indestructible la onda expansiva de nuestro big bang íntimo y único.

Todos los demás que se vayan al infierno, a ellos sí les tocará vivir el apocalipsis de tu desmemoria, se estrellarán en el impenetrable muro de tu corazón único y mágico, sufrirán el invierno de tu olvido y serán absorbidos por ese agujero negro donde se pierde aquello que no está destinado a ser para siempre.


César Ulla



viernes, 27 de noviembre de 2015

BIG BANG



El desconcertante descubrimiento de lo silencioso que es el destino cuando de repente estalla
Alessandro Baricco



Ahora lo veo todo claro,

puedo descifrarme en tu mirada

y saber que existo más allá

de las fronteras de mi cuerpo.

Ahora entiendo la creencia en el Big Bang,

eso de que el rozamiento

provoca que dos cuerpos ardan,

la teoría de cuerdas,

esas que me atan a ti.

Y lo sé porque ya no veo

tu imagen como un póster de Audrey Hepburn,

sino como el retrato de un amor posible,

como la esperanza

de un comienzo desde cero,

como aquello de que si las mariposas...

Bueno, en resumen,

que soy divisible por mí mismo y por ti,

que soy un número primo

igual que soy tu amante,

que no hay alegatos

ni lugar para la nostalgia

ahora que has aparecido y sí,

que te quedes,

que te quiero.


César Ulla


p>

jueves, 26 de noviembre de 2015

EL EFECTO MARIPOSA



el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo
Proverbio chino



Viniste a desvelar mi sueño,

a combatir el frío con abrazos

cálidos y caricias de esas

que hacen que todo gire

y que las puntas de los dedos

se estremezcan mecidas por un escalofrío.

Y yo no supe qué decirte,

sólo pude clavar mis pupilas

en tus labios y dejarme arrastrar

por un deseo milenario de besarte.

Loco por descubrir tus entretelas

y por ser como el agua con purpurina
que te baña desnuda

apresuré mis manos sobre tus hombros

y entonces entendí el efecto mariposa

cuando antes de comenzar a batir

tus alas de ninfa del sexo

habías desencadenado un terremoto

en mis entrañas y ardía

como cien volcanes del Eón Arcaico.

Entonces ocurrió,

cayó el telón y tú yo nos quedamos detrás,

solos, sin miradas esquivas,

tú desnuda y yo con los ojos como platos,

con las manos como cascadas ardiendo

queriendo empezar en tus clavículas

la autopista hacia el cielo de tu cuerpo

sin importar cuántos peajes tuviera que pagar

y sin tener en cuenta las señales de límite de velocidad

o los controles de alcoholemia.

Y vi caballos en tu pelo, galopando sin freno

hasta desintegrarse en un torrente espeso

que bañaba tus pechos.

Me miraste y me dijiste:

“Ahora bajo a comprar un libro

para leerlo sin ropa en la alfombra

pero contigo.”

Y fuimos dos el tiempo que duró

el libro de Zafón, después hiciste la maleta

y metiste en ella mis anhelos

sin pensar siquiera que pudiera necesitarlos ahora.

Te he escrito varias cartas,

por si aún vives en aquella casa antigua

y por si tienes en alguna caja escondida

mis deseos y puedes devolvérmelos,

creo que voy a usarlos una de estas noches.

He pensado en aquella frase del libro que decía

que las casualidades son las cicatrices del destino.

Yo tuve el destino en mi cama una vez,

espero que al siguiente al que visites

se lo hagas entender antes, yo fui muy lento...


César Ulla



miércoles, 25 de noviembre de 2015

KOYAANISQATSI*



Basta de callar

pensamientos, sueños y rarezas.

Basta de contener

deseos, oscuridades y locuras.

Diré que es morbo

la palabra,

ganas de ti, de olerte…

Ganas de tumbarte

y arrancar tu ropa interior.

Ambos tenemos

una vida fuera de equilibrio,

a ambos nos unen

el destino y la sinrazón.

Tú, Mandrágora venenosa.

Yo, ganas de morderte

y beber de ti.

Tú Heidegger

y que “todo lo grande

está en medio de la tempestad”.

Yo, Bukowski

y “tuve la sensación

de que podía caer dentro de tus ojos”.

Locura, extravagancia,

pasión y desenfreno.

Una vida fuera de equilibrio…

Pero quién

quiere

equilibrio

cuando

en verdad

busca

Tenerte horizontal y desnuda,

gimiendo,

con los labios mordidos,

con la espalda arqueada,

con mi lengua hecha fuego

entre tus piernas abiertas,

con tu licor abrasando mi boca.


* "Vida fuera de equilibrio" en el dialecto de los Hopi (antigua tribu americana que habitaba en la Meseta central de EEUU).


César Ulla




martes, 24 de noviembre de 2015

REFÉRENDUM SOBRE EL PASO DEL TIEMPO



Exijamos al futuro un referéndum

sobre el paso del tiempo,

su ritmo,

su velocidad,

el trasiego que provoca

su resuelto caminar,

cómo a vuelapluma arranca recuerdos

y provoca olvidos y lagunas.

Exijamos una consulta popular

sobre la memoria,

su escasa vida útil,

sobre los trasgos que enredan

reminiscencias y añoranzas

al paso de baile con el que juegan

a matar nuestra existencia…

No me gustaría acabar mis días

sumido en esta dictadura temporal,

soportando tormentas

que borran las huellas

de nuestro paso por el mundo.

No me gustaría irme sin tu imagen

en mi cabeza,

no me gustaría perder todo lo que evocas,

cómo duele festejarte

sabiendo que el porvenir nos trae

amnesias y abandonos,

indigencias y desconsuelos,

cada vez más lija y menos terciopelo.


César Ulla



lunes, 23 de noviembre de 2015

PARAÍSOS MÚLTIPLES



Me duelen los ojos de tanto mirarte.
Pero lo más curioso es
que cada día descubro algo nuevo en ti,
un rincón de tu cuerpo que aún no he besado,
que todavía no he conquistado.
Un paseo por ti es una aventura,
un safari de piel y besos,
es pasar un rato olvidado de todo lo vivido.
Cuando vuelvo a casa,
después de haber pasado media vida en tu cuerpo,
me doy cuenta que tenerte
es como tener una sucesión de paraísos múltiples,
un espectáculo de variedades
donde sólo actúan dos, uno más uno.
Dicen que cuando mueres
dios (que no existe) te da a elegir
el lugar de tu eterna estancia.
Yo, que nunca pude estar más seguro,
sé que quiero estar a tu lado, tenerte cerca,
disfrutar cada día
de la ventura de amarte,
de la ventaja de pensar que siempre fuiste mía
aunque nunca fueras de nadie.


César Ulla



domingo, 22 de noviembre de 2015

Semana dedicada a César Ulla




Ausen & cia



Hoy vino a verme,
vino a abrirme la boca,
a secarme el cielo estrellado y mojado del paladar.
Vino a hacerse la loca.

A recordarme el color de la piel de la sed,
a explicarme el hastío y el desvarío.
A contarme la sombra borrosa de un vaso vacío,
y el frío que dobla mi espalda.

Vino a hablarme del viento que vuela en su falda,
de la suela que estampa en el suelo un dibujo al revés.

Pasó a saludarme.
Alguien diría: a salvarme.
Vino a decirme que no sé decirle que no.

Con el empeño que inocula el sueño del niño pequeño,
del pan y la sal. Con una de arena y la otra de cal.

A invitarme a una pena
a incumplir su condena, vino. Vino a mecer
la marea del puerto, a enseñarme cómo hacer el muerto,
a pintarme de brea la noche y los pies.

Hoy vino a verme,
a partirme la boca,
a llevarse la poca cordura que queda.
Y a sacar la basura.


David Yeste




sábado, 21 de noviembre de 2015

Requisitos




Cuando invento bandadas de pájaros
tengo que pensarles primero
sus tendidos eléctricos.
Es una condición imprescindible.
si no, ¿dónde se posarían?
¿dónde escribirían su morse
circunstancial? ¿en qué lugar
establecerían su cuerda floja?

Cuando pienso en vías y vagones
tengo que escribirles antes
sus túneles, sus andenes
y sus cambios de agujas.
Para que no discurran
en paralelas eternas,
para que se les dé la casual
oportunidad de un cruce.

Y, sí,
cuando deletreo mis manos
—o anoto cualquier cosa en ellas—,
tengo que hablarles ligero,
para que no se impacienten.
Les pido que recuerden
cuando te tocan, y entonces,
las aves tienen morada,
los trenes frenan exhaustos,
y ellas escriben para rozarte.


David Yeste



viernes, 20 de noviembre de 2015

#5. (cosas que hacer durante el tránsito)




 A Noemí, por nombrarme en voz alta.



compartir con manos extrañas un trozo de metal;

memorizar los zapatos de todos los viajeros;

conversar sobre dios con una máquina expendedora;

usar la ventanilla como espejo de tocador;

leer al revés los rótulos de las prohibiciones

(fumar, pulsar el botón en marcha, bajar a las vías, gritar);

medir el tiempo en estaciones y paradas;

intentar adivinar el título de la novela que ella lee;

morir de amor cuando ella aparta un mechón de su rostro;

no volver a consultar el teléfono hasta que… ¿a ver?;

desear con todas tus fuerzas que se vaya la luz;

desear con todas tus fuerzas que nunca se vaya la luz;

comprobar que la cartera aún descansa en tu bolsillo;

intentar mantener el equilibrio sin agarrarte;

salvar el mundo recitando los Justos de Borges;

buscar sobresaltos en la oscuridad del túnel;

imaginar un battle royale entre todos los pasajeros;

reconocer una cara, acercarte, hablarle, saberte equivocado;

abandonarte a la sucia nostalgia de haberla perdido;

pasarte de tu parada con empeño y convicción;

desesperarte al comprobar, en los carteles y los planos,

que ninguna estación se llama Ítaca.


David Yeste




jueves, 19 de noviembre de 2015

Enero



Agoniza enero en las atalayas
de la memoria y digo
tu nombre en voz alta
para que sea cerca y sea siempre.

Grito aunque mi voz se rompa,
como la escarcha de mis zapatos,
y por el hueco de la carraspera
se cuelen los ecos de los aullidos.

Deberé alzarme, en este enero moribundo,
y que mi sombra ilumine
el polvo de todos los senderos
por los que a veces transitas
sin que al sueño o al deseo les importe.

Para qué, cuando abras los ojos
a este mundo que nos contagia
del estremecedor frío del silencio,
mis palabras obren en tu piel
todo lo que mis manos no alcanzan.


David Yeste




miércoles, 18 de noviembre de 2015

Escala richter



Esa mujer viaja en un coche de línea
por una carretera sordomuda.
La noche se bebe la luz de los faros
como si el amanecer se obcecara
en demorarse.
Ella desearía que el alba borrase
su reflejo en la ventanilla,
que lograse astillar el silencio
tenue y monocorde del zumbido
del motor.
Hiere, al fin, el cuchillo
de la madrugada el abdomen
de la tiniebla, a la vez
que el autocar se detiene y derrama
su contenido en una plaza clónica
y bivitelina.
Esa mujer desciende —apartando
un mechón de su cara, como quien
aparta la bruma de un manotazo—
y hunde el tacón de su bota
en el empedrado.
Ese golpe es el epicentro
de un terremoto de risa,
de un huracán de brazos,
que tiñe de colores
la mañana de asfalto.
Mientras, yo escribo ese temblor,
desde un tejado,
a medio mundo de altura.


David Yeste




martes, 17 de noviembre de 2015

Atiquifobía



Se espera de mí

la solidez de la roca

que es grada y peldaño,

que es puerto y es puente.

Que soporta y sostiene

el paso y el peso

del hijo del hombre.


Se espera de mí

la consistencia del agua

que hiende la piedra,

que es lluvia y remanso.

Que es furia y es sangre

en crecida violenta

y en sístole alterna.


De mí se espera

el odio preciso

y la rabia que embiste.

También la caricia,

el aliento y el hambre.


Se espera de mí

que disipe de sombras la tierra.


La raíz del árbol

y el acero del hacha,

se espera,

y el crujido del hueso.


Y el sudor de la carne

y el verbo que crea,

se espera,

y el brazo que puede

y la mano que prende.


Se espera de mí,

ante todo,

que no desfallezca.


David Yeste




lunes, 16 de noviembre de 2015

Vente



Vente tal y como estés.


No es necesario que adornes de lunas tu pelo,

ni que cubras tu cuerpo de eclipses de sombra.

Ni siquiera es preciso, ya sabes,

que perfumes tu rastro de rastros de sal.


Vente tal y como estés.


Echa en el bolso, acaso, un par de mareas,

tal vez una prisa que enlace los brazos.

Olvida ceñir tu cintura de miedos

y desnuda por siempre tu pulso de relojes.


Tal y como estés.


Y que tu aliento se vista de aliento en mi boca,

y que tu piel se desnude de vida en mi piel.

Trae contigo la urgencia del cuerpo:

lo que nos queda de noche ya sabrá que hacer.


Vente.


David Yeste



domingo, 15 de noviembre de 2015

Semana dedicada a David Yeste












ESPERANDO LA UTOPÍA





Mientras cae la escarcha
vago solitario por las aceras.

Único techo y patria.
Las manos en los putos bolsillos,
bolsillos llenos de ausencia
dándote vueltas en mi cabeza.
No hay luz alguna en los edificios
todos andarán dormidos
enclaustrados entre ladrillos.


Pienso que igual tú no.
Tal vez, digo sólo tal vez,
tú en tu cama me pienses.


Pronto despuntará el alba
mientras sigue cayendo escarcha.


Tú, allá en tu casa,
yo esperando que amanezca.
Pasan gatos que me miran esquivos
cruzándose en mi camino.
Les pregunto si te han visto
si saben dónde te encuentras,
si estarás caliente en tu cama.
Si tal vez, digo sólo tal vez,
me piensas entre tus sábanas.
No contestan.


El frio me cala la médula
doy patadas a los charcos
los gatos salen huyendo
enciendo un cigarro
nuevamente te pienso
y en si tu estarás despierta.
Entumecidos los huesos

tomo asiento
en el escalón de una puerta.
Cierro los ojos un rato
me imagino a ti abrazado
con una sonrisa en tus labios
estrechándome entre tus piernas.


La ciudad se levanta.
Ha caído la escarcha
me la he tragado entera.
Mientras, tú en tu cama
tal vez, digo sólo tal vez,
acurrucada, me piensas.


Los gatos ya no están
voy a buscar un café
algún lugar donde poder dormir
ahora que todos despiertan. :

José Lobo



sábado, 14 de noviembre de 2015

FALSOS LLANTOS



Llorar,
ese absurdo lamento
que hacen los humanos
cuando ya estás muerto.
Llorar,
imposible comprenderlo
después de la muerte
sólo existe el silencio.

Llorar,
llevar flores a los cementerios
profanar el descanso
de quienes abordaron el sueño.

Déjalo tranquilo en su paz.
¿No ves que ya no respira?
Si no le lloraste de amor en vida
si le mataste con tu puñal sangriento
¿para qué quiere tus lágrimas
cuando su corazón se halle muerto?.


José Lobo



viernes, 13 de noviembre de 2015

SIN TITULO 2



La locura de la soledad

se alimenta de silencios

caminos adyacentes emergen

de la sangre de cementerios.

Versos putrefactos

que antes de ver la luz

ya nacen en negro muertos

en la brevedad del espanto

y los orgasmos del dulce sueño.



Mientras te suicidas cada noche

¿Qué has hecho con ellos?


José Lobo



jueves, 12 de noviembre de 2015

SIN TITULO



Por siempre te juró la primavera

la inquebrantable flor de tu noche

corriendo a tu encuentro buscándote

aliándose en eterna compañera.



Sangre derramó bajo luna llena

brotando de su cuerpo manchándote,

al prometido universo dándote

cuanto amor habitaba en sus venas.



Después en un entierro de silencio

entre pétalos de roja amapola

asesinado amaneces despierto.



Con su velero de cuchillos negros

partió a la mar navegando sola

dejando entre sus olas un muerto.


José Lobo






miércoles, 11 de noviembre de 2015

ESPEJISMO





No quiero dormir esta noche.

Únicamente contemplarte

desnuda sobre blanca sábana

de canela y vainilla impregnada.

Sabía quedaba poco tiempo

antes de que partieras lejos.

Invierto la leyenda de amor

de Admeto y Alcestis

y soy yo quien se da a la muerte

cantando letanías en versos.

Al amanecer ya no estarás.

No podré acariciar tu cuerpo.

Tomo consciencia de mi realidad.

Hasta se me niega el sueño

donde acuda Proserpina alguna

apiadándose de su víctima

para llevarme a tu presencia

rescatándome de los infiernos.


José Lobo



martes, 10 de noviembre de 2015

SILENCIO




Cae con sangre en el alma

una nueva madrugada,

silencio,

pasa por las vías el expreso de la noche

sin detenerse,

silencio,

rompe la mar sus olas contra las rocas

y retrocede,

silencio,

hablan y recitan sus versos los poetas

pero nadie los lee ni escucha,

silencio,

la soledad y la oscuridad se hermanan

cuando el mendigo duerme sobre un banco,

silencio,

cuantos pasan miran

pero nadie habla,

silencio,

los caminos se han quedado huérfanos

de caminantes náufragos,

silencio.


El bohemio llora, en silencio,

El loco no desea cordura, en silencio,

El solitario quiere seguir solo, en silencio,

El abandonado no pretende ya refugio, en silencio,

El ahogado ha dejado de respirar, en silencio,

Todo amor real se entrega ... en silencio,

Toda la verdad acontece en el silencio.

Silencio.

Silencio.


José Lobo



lunes, 9 de noviembre de 2015

CADA MADRUGADA



Cada madrugada

tu sombra se sienta conmigo

a compartir unos cigarros

y a tomar aquellos cafés, copas o vinos.

Cada madrugada

durante segundos tomas forma

casi tangible ante mí

para evaporarte cuando mis manos

se acercan a acariciarte.

Cada madrugada

te tornas en compañera inseparable

de mis sueños leales,

y la cómplice a la que leía poemas

aguardando mi voz de manera inquebrantable.

Cada madrugada

comprendo más

que aquí ya no soy nada,

sólo un trozo de fuego incomprendido

al que tú comprendías como nadie.



Cada madrugada

no me canso de repetir

que esta noche, me olvidé de olvidarte.


José Lobo



domingo, 8 de noviembre de 2015

Semana dedicada a José Lobo




Gotas



Hoy fui gota, y al caer

me convertí en mil,

mil formas,

mil colores,

mil vidas…

hoy quise ser rio

para llegar al mar

hoy salté de muchas formas

pero ninguna como la de ayer

o antes de ayer

desde en una corriente natural.

hoy fui nuevamente agua

y nuevamente forma liquida

regando la tierra que me dio vida

regando los árboles que profundizan sus raíces en lo mas profundo de Gaia

Hoy me revelo contra todo lo que me impida avanzar en mi propia corriente

lo que haga que mi fluir se estanque

que falte el oxigeno

que ignore el recorrido vital de mi existencia

hoy bajo desde lo más alto…

desde los hielos eternos de las más altas montañas

hacia los valles más profundo y fértiles

hoy me convierto nuevamente en barro

nuevamente en desierto

nuevamente en piedra

Y nuevamente en nube

para después ser nuevamente agua que fluye

No quiero ir por tuberías que marquen mi recorrido

No quiero salir de un grifo para después ser bebido y meado

No quiero ser escupido

No quiero bajar por aguas fétidas y podridas

No quiero pertenecer al agua diseñada y tratada

Ser gota libre, de mil formas y mil colores

Para crear nuevamente mil vidas…


Juan Manuel Álvarez Romero



sábado, 7 de noviembre de 2015

Horas



Es hora de horas
silencio de silencios  
bullicio de sentidos vacíos.
Es hora de horas
de palabras llenas de almas
de vidas ajenas a la mía
de soledades unidas a otra vida por vivir.
Es hora de horas
de árboles frondosos
de frutos prohibidos
de besos perdidos
de abrazos sin abrazos.
Es hora de horas
de cielos cubiertos de nubes
de lluvia de lágrimas
 risas y anhelos.
Es hora de horas
de montañas por conquistar
de valles sin horizontes
de horizontes lejanos pero perennes.
Es hora de horas
de minutos
silencios rotos por el recuerdo de tu mirada
del sonido de tu voz 
y el aíre que llegamos a respiramos juntos.
Es hora de horas 
partida al infinito
de huida a ningún lugar
de pensamientos unidos tan solo por recuerdos.
Es hora de horas
de huellas de futuro
de hullas de pasado
de huellas del presente…
Es hora de horas
de segundos relámpagos

y de luces del alba.


Juan Manuel Álvarez Romero



viernes, 6 de noviembre de 2015

Atrapado



Atrapado, persigo bosques milenarios
Atrapado en sueños
Atrapado en la existencia
Atrapado
No consigo olvidar
sin sucumbir en la memoria,
con voz, y sin  silencios
Atrapado
Sin fronteras, sin limites…
Sin muros y,
con la palabra
Atrapado
En abismos sin fondos
En conclusiones efímeras
En días infinitos
Atrapado
Entre laberintos de hormigón
En lo que quedó,
y lo que pudo ser…
Atrapado
En el encuentro
En la pérdida
En el amor
Atrapado
En el querer huir
En el quedarse
En el estar
Atrapado
En el yo
En el nosotros
Y en el vosotros

Atrapado, atrapado, atrapado


Juan Manuel Álvarez Romero





jueves, 5 de noviembre de 2015

Quizás




En el cielo veo tu silencio en forma de nubes
Alas para el sol que cae en picado
Quizás
Tus alas sirvan para elevarlo
Quizás 
Mientras contemplo como vuelve amanecer
Quizás
un beso para mis alas
Quizás
Un abrazo para el regreso a casa
Quizás
la arena pegada sirva de sostén de mis mil plumas
Quizás
El viento me vuelva a elevar
Quizás
El mar no pierda el horizonte
Quizás
Sin quizás
todo sea un eclipse de sol
Quien sabe 

quizás 


Juan Manuel Álvarez Romero



miércoles, 4 de noviembre de 2015

Hay una luz


Hay una luz
entre las hojas
entre el cielo estrellado
distinta y luminosa
Bajo ella
vuelan
libres los sentidos
tus manos
Camino de puntillas
sobre tus olas
tus besos
tu aíre
Las rosas
sobre la arena
avisan de tu rio
tu aroma
De tu mano
pisamos el agua
subterránea
libre
El perfil de la brisa
marca tu sonrisa
de luz
de paz
Del blanco sol
tus cabellos
tu alegría
vida
De nuestra sombra
huella
limpia
tranquila
Las aves

nos sobre vuelan libres
observadoras
infinita mirada
Hay una luz entre las hojas
entre el cielo estrellado
tu luna.


Juan Manuel Álvarez Romero



martes, 3 de noviembre de 2015

Sed



Ni todas las gotas del mar
ni todas las gotas de lluvia
ni todas las gotas de rocío
ni todos los amaneceres
ni los ocasos
y atardeceres
ni los silencios
ni los gritos
ni el viento
ni la tormenta
podrán acabar
con mi sed.



Juan Manuel Álvarez Romero



lunes, 2 de noviembre de 2015

Ser Barro



No he sido polvo
sin ser barro
No he sido sangre
sin haber guerreado
No he sido vientre
sin haber amado
No he sido grito
sin ser libre
No he sido sueño
sin ser nube
No encallecí mis manos
sin tierra que pisar
No busqué techo
sin estrellas
No subí montañas
sin valles que cruzar
Tan solo fui
Barro
Guerrero
Amor
Libre
Nube
Huella
Estrella
Montaña
Valle y
gota de rocío…


Juan Manuel Álvarez Romero



domingo, 1 de noviembre de 2015

Semana dedicada a Juan Manuel Álvarez Romero



Los dientes del silencio...



Los dientes del silencio
muerden lo más profundo
de mi alma
y atraviesan
la muralla invisible de mi intimidad.
Los incisivos (sin incisos)
destruyen la paz recluida
bajo las piedras y la saliva.
Las raíces se aferran al mar
coronando de savia el olvido.
La tierra se hace tiempo
y el agua se torna nido.
El niño se retuerce de dolor
y para los ídolos,
ya,
llegó el otoño.
Los ventanucos encierran árboles
y sus rejas
los caminos de los sueños.
Las sombras
rompen lunas de pan en menguantes.
A la par,
las lágrimas recorren vidas
sembrando dolor sin alivio
y podredumbre sin luces.


Rafael Luna García