No quiero dormir esta noche.
Únicamente contemplarte
desnuda sobre blanca sábana
de canela y vainilla impregnada.
Sabía quedaba poco tiempo
antes de que partieras lejos.
Invierto la leyenda de amor
de Admeto y Alcestis
y soy yo quien se da a la muerte
cantando letanías en versos.
Al amanecer ya no estarás.
No podré acariciar tu cuerpo.
Tomo consciencia de mi realidad.
Hasta se me niega el sueño
donde acuda Proserpina alguna
apiadándose de su víctima
para llevarme a tu presencia
rescatándome de los infiernos.
José Lobo
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