lunes, 16 de noviembre de 2015

Vente



Vente tal y como estés.


No es necesario que adornes de lunas tu pelo,

ni que cubras tu cuerpo de eclipses de sombra.

Ni siquiera es preciso, ya sabes,

que perfumes tu rastro de rastros de sal.


Vente tal y como estés.


Echa en el bolso, acaso, un par de mareas,

tal vez una prisa que enlace los brazos.

Olvida ceñir tu cintura de miedos

y desnuda por siempre tu pulso de relojes.


Tal y como estés.


Y que tu aliento se vista de aliento en mi boca,

y que tu piel se desnude de vida en mi piel.

Trae contigo la urgencia del cuerpo:

lo que nos queda de noche ya sabrá que hacer.


Vente.


David Yeste



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