martes, 14 de junio de 2011
En mi sueño
Te vi caer, tras los hilos rojos
movidos por el viento
hecho añicos llegaste al suelo.
Desposeído de lo que fuiste
desnudo y frío.
Te vi caer, al vacío donde
la oscuridad era más opaca
más olvido, más silencio.
Y nadie reconoció tu cuerpo
y nadie exclamó un lamento.
En la caída pronunciaste nombres
lugares y momentos,
los mismos de tantos ojos
que al iniciar tu vuelo, lo advirtieron.
Te vi caer… ciego y lejos.
Maribel Sánchez
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