PRELUDIOS de Eunice Odio
Óyeme esta canción que en mí te nombra
carne para la fruta necesaria.
Cuando la soledad
bajo tu nombre oída y apretada,
Cuando yo era como niño enterrado
a quien llaman por su nombre pasado,
y responde, y no se oye en sí mismo;
Y mi mano en el fondo,
confundida,
tenía ya atisbo, llave, forma mía,
Y se sentía más arriba del pecho y del abrazo
como corona alegre y consumada.
Tú me llamabas a tu nombre,
y vine,
con clara identidad de nacimientos,
con la veraz acostumbrada gracia
con que sueñan su honor las catedrales.
Tú eres ya de día junto a la noche.
Ya soy contigo el día,
y en virtud de la ausencia en que me evoco
miro cómo mi forma me comparte,
cómo respiro en pelo y a mansalva,
por dentro de mi voz y no a lo largo.
jueves, 24 de julio de 2008
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2 comentarios:
Tú eres ya de día junto a la noche...
Esta pequeña frase me cautivo...
Es como vivir en la oscuridad, llevando la luz por dentro...
Así es ....me paso como Gitana, me embrujo esa frase...y yo ya soy contigo el día...
precioso.
Un beso
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