jueves, 28 de agosto de 2008
Soneto XXXII de Cien poemas de amor
La casa en la mañana con la verdad revuelta
de sábanas y plumas, el origen del día
sin dirección, errante como una pobre barca,
entre los horizontes del orden y del sueño.
Las cosas quieren arrastrar vestigios,
adherencias sin rumbo, herencias frías,
los papeles esconden vocales arrugadas
y en la botella el vino quiere seguir su ayer.
Ordenadora, pasas vibrando como abeja
tocando las regiones perdidas por la sombra,
conquistando la luz con tu blanca energía.
Y se construye entonces la claridad de nuevo:
obedecen las cosas al viento de la vida
y el orden establece su pan y su paloma.
Pablo Neruda
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2 comentarios:
Fer,
Neruda, ese hombre, ese poeta, ese sentimiento tan inmenso...
besotes!
Como siempre del racimo de poemas, escoges los mas hermosos...
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