De JORGE LUIS BORGES y su libro de poemas LA CIFRA del año 1981, precisamente el poema titulado LA CIFRA:
La amistad silenciosa de la luna
(cito mal a Virgilio) te acompaña
desde aquella perdida hoy en el tiempo
noche o atardecer en que tus vagos
ojos la descifraron para siempre
en un jardín o un patio que son polvo.
¿Para siempre? Yo sé que alguien, un día,
podrá decirte verdaderamente:
“No volverás a ver la clara luna,
Has agotado ya la inalterable
suma de veces que te da el destino.
Inútil abrir todas las ventanas
del mundo. Es tarde. No darás con ella”.
Vivimos descubriendo y olvidando
esa dulce costumbre de la noche.
Hay que mirarla bien. Puede ser última.
Citándolo, tenía una frase que decía: “ Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.”
sábado, 17 de febrero de 2007
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2 comentarios:
A mí me regalaban lunas allá por el mes de octubre, a los pies de la sierra granadina. Su pensamiento hacía que la Luna fuera literalmente mí, yo era su única poseedora, porque él, único también, me convertía en su dueña, deseando el satélite para mí. Un ser humano, más allá de su género. Y la Luna me mimó aquella noche mientras subíamos a un cortijo. Con mirar la Luna podíamos vernos nosotros. Fue precioso. Todos pudieron mirarla aquel día, sin embargo fernando, aquella noche sé que fue mía, egoistamente mía, por unas horas.
Buena elección de Borges, buena elección la tuya. Gracias por decirle a mi memoria que hubo aquella Luna de octubre. Te he dejado una sonrisa, aunque no puedas verla...
¿Sabes que el cartero de la luna se llamaba como tú? Gracias de nuevo.
Tiene la palabra la facilidad de recuperarnos en momentos y situaciones de diverso tipo...me alegro que te haya servido...y en este caso yo sea el cartero de tu recuerdo..un beso.
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