De Adam Zagajewski su poema Humo
Hay un exceso de elegías, de memoria.
Huele a heno, una garceta
vuela indecisa sobre el prado.
Sabemos enterrar a los muertos.
No queremos matar.
Pero los fuertes momentos de resplandor
se escapan a nuestros encantos.
En mi habitación se acumulan sueños
apretujados como alfombras
en una tienda oriental, sofocante,
ya no queda sitio para nuevos poemas.
El corzo no corre,
intenta adivinar el futuro.
Nadie sabe venerar a los dioses.
Una oración enfurecida es más poderosa.
Las flores de los tilos, una herida abierta.
El humo se eleva sobre las ciudades llanas
y el silencio irrumpe en nuestras casas;
en nuestras casas irrumpe la luna llena.
miércoles, 24 de octubre de 2007
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3 comentarios:
Hola Fernando:
estás regalándonos día a día textos y otras expresiones cargadas de belleza.
Agrego a mis gustos, lo que pueblicas.
Hermoso.
El vídeo sobre Alfonsina, emocionante.
Gracias. Tus aportes me reconfortan; me sustraen, aunque sea durante la lectura, de este mundo loco que vivimos constantemente.
gracias Diana, siempre pienso que las palabras nos pueden servir de infranqueable barrera contra todo lo que no precisa el hombre...besos
Hay días de esos...en que no se repira nada más que humo y nada "cabe"... y nada es cierto y todo es posible...incluso claudicar al silencio.
Olimpia.
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