Ella, insistió, no deseaba un hombre
en su casa. Pero
todavía no ha hablado
con Dios, para jurarle
eso, ni nada parecido. Ella sonreía
tan bella
en negrura
122 por ciento
de negro profundo.
Excepto cuando se comunicaba
con Él
Dios.
Quizás algún día suceda
y no encuentres eso
tan preciado para vos
entonces exclamarás:
Jesús....
y no me pedirás
que me vaya.
Lorenzo Thomas
sábado, 27 de diciembre de 2008
Fe
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