viernes, 30 de enero de 2009

CUANDO PERDIDA VAGO...




Cuando perdida vago entre sombrías
piedras sin luz y sin admiración
llego arrepentida a tu mansión,
a tus secretas y hondas galerías

donde me espera lo que me ofrecías.
Allí encuentro tu luz y tu pasión,
allí comprendo sin superstición
que me llenas de dicha y de agonías.

Quien no me sigue allí me perderá..
Quien no me busca allí no arrancará.
una sola respuesta de mis labios.

En tus rosales de oro, está el futuro,
lo que veneraré, lo que es más puro
porque tus pensamientos son los sabios.



Silvina Ocampo


jueves, 29 de enero de 2009

BITÁCORA




No conoce el arte de la navegación
quien no ha bogado en el vientre
de una mujer, remado en ella,
naufragado
y sobrevivido en una de sus playas.


Cristina Peri Rossi


miércoles, 28 de enero de 2009

M. Husson





Monsieur Husson era un comunista redomado y pertinaz.
Llevaba grandes bigotes y gorra de visera,
viejo y encorvado, tenía una voz recia como torrente de piedras.
Ah, monsieur, vous savez? era el principio de una larga conversación
Había sido perseguido por los nazis y cazado como un conejo
pero sobrevivió en aquel Paris en blanco y negro.
Y ahora languidecía en una chambre sin váter ni cocina,
sólo un pequeño hornillo de gas
y los recuerdos.
Y era feliz.
Monsieur Husson hablaba horas y horas de la democracia,
de los republicanos españoles que liberaron París
¡Ah, aquellos valientes antifascistas!
Yo tenía escasamente dieciocho años
-tal vez dieciséis-
y le escuchaba sin pestañear.
Fumaba en pipa Monsieur Husson
y aquel olor de tabaco perfumado
nunca se ha ido de mi recuerdo.
París, años sesenta del siglo XX, ciudad perfumada y libre.
La dolce vita, Brigitte Bardot...mis tardes eran eternas en los cines de barrio
Y allí sentaba las bases de mi libertad,
de mi pequeña libertad descubierta en un seno de mujer,
en el beso de una pareja en el metro
en el humo de la pipa de Monsieur Husson.
Al volver, España permanecía en silencio.
Yo permanecía en silencio...


Miguel Ángel Yusta


martes, 27 de enero de 2009

LA PALABRA NOCHE NO ES MÁS QUE UN ARCAÍSMO AL QUE DISFRUTAN HOSTIGANDO LAS FAROLAS




LA PALABRA NOCHE NO ES MÁS QUE UN ARCAÍSMO
AL QUE DISFRUTAN HOSTIGANDO LAS FAROLAS




Cúbreme bien los ojos
con un paño muy suave,
que la oscuridad se siente útil
ahora que la palabra noche
no es más que un arcaísmo
al que disfrutan hostigando las farolas.



Átame las manos
pero no como si se tratara de un castigo.



Ábreme las piernas
pero como si fuera la reacción lógica
a la palabra amor,
no improvises.


Enséñale a la cama su verdadero oficio,
dónde acaba su trabajo
y comienza el nuestro.



Sonia Fides



lunes, 26 de enero de 2009

Enhébrame a la muerte del ocaso




Enhébrame a la muerte del ocaso,
Se la noche espesa,
la mano trenzadora de Penelope,
el sabio río por donde se escapen mis palabras,
la llaga, la levadura,
el sarmiento herido por el rayo.
Se la dudosa daga,
la dulce dicha,
el ardiente saludo de una boca,
la silenciosa felación,
la rima de un poema,
el canto sin pudor,
la ocarina de viento en mis oídos.
Se violenta, incruenta,
celosa y libertina,
apura lo que nos queda de esta última noche
porque anda sembrada de incertidumbres
y vuelan como el fuego los presagios.


Fernando Sarría


domingo, 25 de enero de 2009

Cuando pase la tempestad




Cuando pase la tempestad

quedarán sedimentos impolutos de tu cuerpo desmigajado,

yo habré sido acaso el huracán después de beber los vientos por ti

aunque el vómito y la náusea dulce me hayan acomplejado por completo.

Se habrán evaluado ya los daños

cuando descubran que tu muerte sobrevino por la lluvia,

como la muerte de todos los demás hombres salvo uno,

cuando tu autopsia revele que caíste por la ebriedad,

que te abandonaste a la obsesión por los viejos placeres prohibidos.



Sabes bien que es la alergia al polvo,

a los ácaros, han dicho en ocasiones,

y que nada tiene que ver con la lluvia

con el agua cayendo y llenándolo todo.

Dicen que se eleva de los suelos la muerte en vida,

las partículas elementales convertidas en insectos

con aguijones diminutos capaces de matar

a través de un orificio minúsculo alimentado de las vísperas

de los días de tormenta y los diluvios de nuestro siglo.

Todo aquello traerá la lluvia,

te lo dije o no te lo dije,

para todo aquello debíais prepararos;

dejaba mis vasos a la espera de tu sed

pero no supiste hacerte a la catástrofe.



Yo sobreviví

y eso que los dos

bebimos la misma lluvia.

Sabíamos en aquel tiempo

que no había otra cosa que llevarnos a la boca.



Bebimos la misma lluvia

pero a ti se te llevó la corriente

y un amasijo de barro te paralizó el corazón.





Almudena Vidorreta

de su libro "Algunos hombres insaciables"


viernes, 23 de enero de 2009

Acércate despacio



No hay noticias en el miedo
pero al final es el miedo
el que te ahoga.

Anne Sexton


Acércate despacio,

dibújame en la arena un corazón,

trae entre tus dedos esa caricia,

sé que es para mí,

toma la mía,

hace una eternidad que te la guardo,

mírame en lo apenas de esta tarde de frío,

cuando todavía el sol sabe de tu silencio

y te hace nombrarme

como si nunca fuéramos a distanciarnos.

Es cierto que hemos perdido

¿pero cuando pensamos que era nuestra la victoria?,

Estamos como al principio,

tú, yo y el océano,

vistiendo de miedos

este tiempo de dudas

y estos sencillos versos,

dejados aquí,

en el vértigo

de un día de invierno.


Fernando Sarría


miércoles, 21 de enero de 2009

Ahora sólo tienes una vida



Ahora sólo tienes una vida

bajas las escaleras
agitas tu pregunta como un pañuelo blanco
quedan sobre el tablero
peones poco ágiles y fichas sin valor

has desmigado el pan
has dejado que el agua te escurra entre los dedos
¿te das cuenta?
ahora sólo tienes una vida

vuelves a oír la voz del visitante
no la dejes morir
abre la puertecilla de su jaula
permite que acompañe a la bandada de los estorninos
la belleza
asoma en las rendijas de este gesto imposible
su rastro es tortuoso y su fulgor
alumbra hasta el abismo sin lámpara ni estrella

pero toda ella cabe
en el cielo minúsculo
de tus manos vacías



Esperanza Ortega


martes, 20 de enero de 2009

Atolondrado y confuso




Atolondrado y confuso,
demasiado lleno de ruidos,
sin centro ni reposo,
desconectado del otro lado de la piel,
aturdido por el interminable crujir de este corazón
-tierra cuarteada, ceniza gris en el pecho-,
así pasan estas noches de calor y duermevela,
estas noches en que no estoy contigo.



Darío Jaramillo


lunes, 19 de enero de 2009

Me gusta recordarte en las noches insomnes




Me gusta recordarte en las noches insomnes,
beberme lo que fuiste sorbo a sorbo,
palparte, palmo a palmo, en mi memoria
y rescatarte así
de tu olvidada ausencia.

Me abrazo a la oquedad
de tu cuerpo en mi almohada,
y a los últimos restos del naufragio:
las arrugadas sábanas,
el viento en las persianas,
el olor a café,
el ruido de la ducha,
la ropa amontonada en una esquina,
tus pasos en el fondo del pasillo,
el ruido de una puerta que se cierra,
y tu tacto en la sombra de mis manos.



Marisa (Los papeles de Claudia)


domingo, 18 de enero de 2009

Dejadme




Dejadme guarecerme en el silencio,
donde nada se distingue ni se sabe,
donde la voz no importa ni lastima.

Aferrada al torpe intento
de buscarme.

Donde nada es tanto, ni tan poco;
Nada bueno, nada malo.
Invisible, insonoro, inabarcable…

Aferrada al vano intento
de encontrarme.



Isabel (Palabras Mutuas)


sábado, 17 de enero de 2009

Mercedes Sosa - Alfonsina el Mar

Algún día tal vez




Algún día tal vez
serán tus ojos limpios como estrellas
de mi noche soñada.
Serás mar de mis playas
y extenderé feliz mi mano tibia
sobre tu cuerpo blanco.

Algún día serás sol que ilumine
mañanas de rocío perfumado.
Algún día, sin apenas sentirlo
me saldré de mí mismo
y habitaré tu alma enamorada.

...Y ese día futuro
será pasado cuando llegue el alba...


Miguel Ángel Yusta


jueves, 15 de enero de 2009

Primero está la soledad




Primero está la soledad.
En las entrañas y en el centro del alma:
ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza;
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con tu sombra,
que esa tiniebla eres tú.
Tu corazón, ese froto perplejo, no tiene que agriarse con tu sino solitario;
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo.
Pero primero está la soledad,
y tú estás solo,
tú estás solo con tu pecado original -contigo mismo-.
Acaso una noche, a las nueve,
aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine,
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor.


Darío Jaramillo


miércoles, 14 de enero de 2009

AHORA, AMIGA MÍA...




Ahora, amiga mía
que una flor de papel preside el aire,
que el aire se deshace en dulces pétalos
de jadeante miel en tus rodillas,
ahora que no hablamos del otoño
ya nunca más
para no tropezar con tu mirada,
ahora que te adentras por la vida,
ligera, según dices,
desposeída al fin de prejuicios,
ideas recibidas, tiempo estéril,
incomprensibles normas y principios,
ay -ahora
que la virginidad navega todavía
como un barco vacío por oscuros telares,
por intactos desvanes y sueños sin sentido,
qué hacer en medio de la tarde,
cómo entregarse sin terror de pronto
y cómo confesar que detrás de tu lecho
odiosa la inocencia,
inservibles los claros pensamientos,
traicionan palabras aprendidas
en revistas de moda, tópicos de vanguardia,
digo, tópicos que tan libre te hacen,
aunque no de ti misma,
aunque no de tu vientre inopinado
donde súbito baja,
feroz y sofocante, el duro golpe
del corazón.

Qué tierna insensatez la de estar solos,
la del estremecimiento vergonzoso
ante la voz del hombre
Y el no estar a la altura de las propias palabras
con esfuerzo aprendidas,
pues ahora
bien sencillo sería el acto del amor
sin aquel eco
soez de sumergidas tradiciones
no expurgadas a tiempo,
ahora que la misma indiferencia
de las frases audaces y ante oídas
del loro varonil tan propicia parece,
si la conversación no fuera ya pretexto,
argumento de un miedo mal oculto
a no saber qué hacer en este trance.

Demasiado tarde vuelves
a recaer en frases y agudezas,
mientras escondes el temblor que sube,
absurdamente provinciano y burdo,
de niña de agua dulce,
desusada y antigua, hasta tus labios,
mientras repites al pic-up la misma
canción francesa que nos gusta tanto,
que nos hace sentir más al corriente,
casi no necios ni burgueses tristes.

Qué fácil fuera ahora desnudarse,
dejar caer el velo simplemente
sin el terror oscuro que te ata
a los núbiles senos,
qué fácil fuera acaso si no fuera
por la flor jadeante de papel amarillo
que preside la tarde,
por el desasosiego súbito que oprime
hasta el dolor tu tímida cintura
por la imposible confesión aciaga
de tu añeja inocencia,
por el urbano gesto
de loro aclimatado a otras regiones
con que el varón disfraza su animal procedencia,
por los pasos de alguien que se acerca,
por el timbre que suena
como un ángel guardián ( te ruboriza
sin poder evitarlo el pensamiento )
y la ocasión disuelve, mientras tú más segura
recuperas ingenio y frases hechas,
piensas que, al fin y al cabo, volverá a repetirse,
prefabricada como es, y entonces
no dudarás en entregarte,
entonces-
es decir, sin que llegue
el deseo a pasión ni la pasión a amor
ni el hálito terrible del amor
al abrasado borde de tu cuerpo.



José Valente


lunes, 12 de enero de 2009

CUANDO ESTUVE EN EL MAR ERA MARINO....




Cuando estuve en el mar era marino
este dolor sin prisas.
Dame ahora tu boca:
me la quiero comer con tu sonrisa.

Cuando estuve en el cielo era celeste
este dolor urgente.
Dame ahora tu alma:
quiero clavarle el diente.

No me des nada, amor, no me des nada:
yo te tomo en el viento,
te tomo del arroyo de la sombra,
del giro de la luz y del silencio,

de la piel de las cosas
y de la sangre con que subo al tiempo.
Tú eres un surtidor aunque no quieras
y yo soy el sediento.

No me hables, si quieres, no me toques,
no me conozcas más, yo ya no existo.
Yo soy sólo la vida que te acosa
y tú eres la muerte que resisto.



Jaime Sabines


domingo, 11 de enero de 2009

Él se irá


EL amor es la compensación de la muerte.
Su correlativo esencial

Arthur Schopenhauer



ÉL se irá como arena tibia entre tus dedos
dejándote entre nubes blancas e insolentes.
Se irá dejándote un mar mutilado
cercenado por tierra y sin sangre.
Se irá instalando la pena fría,
la lágrima que arde en la franja del iris.
Pero llegará el viento con su sol fijo
trayendo una raza amputada de olas.
Y en tu soledad antigua verás triste su nuca
de rizos leves y blandos.
Se irá y partirá a la vida
hasta que vuelva a lavarte el ánimo y la lágrima.



sábado, 10 de enero de 2009

ENTRE PERRO Y LOBO




Me clausuran en mí.
Me dividen en dos.
Me engendran cada día en la paciencia
y en un negro organismo que ruge como el mar.
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada lado:
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la
furia a solas,
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas.

No consigo saber quién es el amo aquí.
Cambio bajo mi piel de perro a lobo.
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas
las planicies del porvenir y del pasado;
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños
muertos entre celestes pastizales.
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera que vaya,
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la
invasión del enemigo.

Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al corazón,
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia en el lomo.
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara,
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los hombres
un aterciopelado veneno de piedad que raspa en las entrañas.
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería:
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie,
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo.
Pero ¿quién vence en mí?
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la sábana del sueño?
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde mis propios dientes?


Olga Orozco


viernes, 9 de enero de 2009

LOBO ESTEPARIO




Yo, lobo estepario, troto y troto,
la nieve cubre el mundo,
el cuervo aletea desde el abedul,
pero nunca una liebre, nunca un ciervo.

¡Amo tanto a los ciervos!
¡Ah, si encontrase alguno!
Lo apresaría entre mis dientes y mis patas,
eso es lo más hermoso que imagino.
Para los afectivos tendría buen corazón,
devoraría hasta el fondo de sus tiernos perniles,
bebería hasta hartarme de su sangre rojiza,
y luego aullaría toda la noche, solitario.

Hasta con una liebre me conformaría.
El sabor de su cálida carne es tan dulce de noche.
¿Acaso todo, todo lo que pueda alegrar
una pizca la vida está lejos de mí?
El pelo de mi cola tiene ya un color gris,
apenas puedo ver con cierta claridad,
y hace años que murió mi compañera.

Ahora troto y sueño con ciervos,
troto y sueño con liebres,
oigo soplar el viento en noches invernales,
calmo con nieve mi garganta ardiente,
llevo al diablo hasta mi pobre alma.



Versión de Andrés Holguín



Hermann Hesse



jueves, 8 de enero de 2009

ESCORIACIÓN




Herida que queda, luego del amor, al costado del cuerpo.
Tajo profundo, lleno de peces y bocas rojas,
donde la sal duele, y arde el yodo,
que corre todo a lo largo del buque,
que deja pasar la espuma,
que tiene un ojo triste en el centro.
En la actividad de navegar,
como en el ejercicio del amor,
ningún marino, ningún capitán,
ningún armador, ningún amante,
han podido evitar esa suerte de heridas,
escoriaciones profundas, que tienen el largo del cuerpo
y la profundidad del mar,
cuya cicatriz no desaparece nunca,
y llevamos como estigmas de pasadas navegaciones,
de otras travesías. Por el número de escoriaciones
del buque, conocemos la cantidad de sus viajes;
por las escoriaciones de nuestra piel,
cuántas veces hemos amado.


Cristina Peri Rossi


miércoles, 7 de enero de 2009

Para ser de nuevo un dios o un héroe




Para ser de nuevo un dios o un héroe,
esa algarabía de pájaros que te pronuncia,
que se sustrae del mundo y lo enmudece,
debo sentir que este dolor,
esta ausencia,
sea sólo el despertar de un muelle,
el amanecer,
donde siempre hay una daga
que con el fuego me habita.


Fernando Sarría


Mi noche está despierta




Mi noche está despierta.
Advertidos de insomnes madrugadas
llevan los pensamientos
alas negras teñidas en olvido.
No quiero ya sentir sino la arena
cálida y palpitante
de tu piel en suspiros demudada.
Y contemplarte sin abrir los ojos
para sentir que tu alma se diluye
en cada recorrido inesperado
sobre mi piel, cegada y anhelante.

Sólo quiero pensar
que no hay ausencias.



Miguel Ángel Yusta


martes, 6 de enero de 2009

FAREWELL




Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira.
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.
Por esas manos, hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.
Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.

Yo no lo quiero, Amada.
Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron las palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.

Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.

Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.



Pablo Neruda


lunes, 5 de enero de 2009

Libros



La muerte
me cubre con su fino polvillo
yo amo los gruesos libros viejos.
ellos se parecen
a los obesos cuerpos gastados
que despiertan del sueño
cubiertos de huellas dactilares
surcados por el caracol
que deja rastros babosos
brillantes.

yo deseo leer
del mismo modo que amo:
saltando de espejo en espejo
igual que una gota de aceite
más y más lejos de mi muerte.
pero debo aclarar que dios
por razones diversas
nos entrega para propio uso
libros gordos cuerpos gordos
y si no es por medio de metáfora
que puedo decir de estas imágenes
que me asedian.


Andrei Codrescu


domingo, 4 de enero de 2009

Alborada



Alborada
el viaje nocturno
ha finalizado

el sol despierta
la radio canta
habla

mi perro pasa trotando
frente a la ventana

es el tiempo de ver
¿qué hay allí?
sin olvidar
aquello
que no estará
(el qué
incluye todos los quiénes)

por lo tanto café
aquí vengo
ya llego zapatos míos


Ansel Hollo


sábado, 3 de enero de 2009

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos




Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino.

Versión de Carles José i Solsora


Cesar Pavese


Te lo habrá dado todo




Te lo habrá dado todo
y aún así será poco.
No hay amores que se consagren al desierto
y no fenezcan en la larga travesía de una duna.
Porque quizás del amor
sólo vale el verso incontestable
de un cuerpo a cuerpo,
o el trayecto imposible de un silencio
de tus ojos a los suyos
y en ese vértice
la insinuación y el escalofrío de una caricia.


Fernando Sarría...de "El error de las hormigas"



Puedo escribir los versos....

viernes, 2 de enero de 2009

Manteca



Las noticias de las Rocallosas:
"condenan a Worthman a 376 años;
ganan los Celtics. Temperatura en ascenso.
Posibles chaparrones.
Desde el Pacífico se aguarda
la presencia de fuertes vientos huracanados."
Un niño de diez años de edad
con una biblia en la mano
caracteriza a sus maestros: "putañeros, raros,
fornicadores, adúlteros."
Lamo la manteca que cayó sobre la página.
Feliz cumpleaños David Byrne.
Escorpio: "excelente día para iniciar un viaje,
(si ya lo tenías planeado)."
El murmullo del motor de la heladera
es más tumultuoso
que las poderosas corrientes del río.


Jack Collom


jueves, 1 de enero de 2009

Paracaidismo



"El paracaidismo
es un buen modo de vida y
una excelente manera de morir"
Explicaba el héroe
en un viejo video de Frankenheimer
sus palabras enfatizaban
por qué le gustaba


La mañana siguiente se lanzó
su paracaídas no lo acompañó
El cuerpo desparramado en la pista
era ese huevo crudo que estalló
en los mosaicos brillantes
de tu cocina

La vida
no es siempre la buena vida
lugares de magnífico lujo
vos con tu sombrero
ella con su boina
modelando frente a un pequeño
automóvil deportivo

Soy un hombre que
nunca creyó en la utilidad
de un padre verdadero
por lo tanto
cuando camino
hacia un muro de piedra
la cabeza peligrosamente inclinada
nadie puede detenerme
solo yo mi dolor

El año cumple 5 años de edad
un cometa se ha extinguido
su rutilante resplandor
se consumió frente al sol
omnipotente

Le sucede a los mejores
el talento se descama
cae al vacío igual
que el pelo de los perros
vagabundos de Berkeley

Incluso en el estadio durante
la gran final por el campeonato
en otras circunstancias
una ocasión alegre
Se soltó una baranda y alguien
de la multitud terminó la tarde
con varios hematomas después del incidente
Algo parecido a un amorío en la 2ª Avenida

Fue una buena lección para todos nosotros
en estos días que ruedan cuesta abajo
que se suceden en una década sin corazón
Nuestros traseros dejan estelas de fuego
atravesando el mundo

no podés confiarte
todas las cosas no se abrirán para vos
hay que saber cuándo abandonar
aprender a caer



Ishmael Reed