Luis García Montero en su libro II el II poema
Cuando acerco mi oído hasta tu cuello
-igual que el mar se oye-
puede oírse el amor. No sé si el viento,
ese animal que silba por tus venas,
conoce la región terrible a donde llama,
el viejo acantilado que hay detrás de sus voces.
Pero la luz acuática nos llega
cada vez más sombría,
llena de vigilada soledad,
con el olor a césped que tienen los ahogados.
Cuando tu corazón es un cronómetro
enredado en el mío
y acompasadamente
somos barcos desnudos que se hunden,
cuando la superficie
dura sólo un segundo,
las sirenas nos dicen que desaparecemos.
Silban los metros bajo el mar también.
Puede oírse el amor junto a tu cuello.
La ciudad sumergida nos espera.
domingo, 8 de abril de 2007
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6 comentarios:
Precioso, "puede oirse el amor junto a tu cuello"..como el mar..
Bonito poema.
Estás lleno de mar.....
Olas de mar azul para ti..besos Inma.
Enhorabuena. Creo que es el mejor poema para evocar ese instante infinito del amor.
Un saludín de acantilado... hacia las olas.
Pues más olas para ti Amanda y un beso.
Cuando tu corazón es un cronómetro
enredado en el mío
y acompasadamente
somos barcos desnudos que se hunden,(...)
ESTUPENDO. Buen día PAQUITA
Buena tarde Paquita...un beso.
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