Fernando Ainsa en su libro APRENDIZAJES TARDÍOS
¡En otoño!
En otoño,
¿dónde se meten las insolentes lagartijas
- otros dirán curiosas-
que serpentean las soleadas paredes del verano
y nos miran,
cabeza alzada
sin temor ni disimulo?
No las veo a partir de octubre,
¿se duermen como los topos?
¿emigran como antaño las cigüeñas
ahora afincadas en lo alto del campanario?
En cualquier caso,
quisiera desaparecer como ellas en invierno,
aunque perdiera,
como les sucede al menor descuido,
la movediza cola que les sobrevive.
jueves, 31 de mayo de 2007
miércoles, 30 de mayo de 2007
Un rostro
Yannis Ritsos en su libro Paréntesis
Un rostro
Es un rostro luminoso, callado, solitario,
como una total soledad, como una total victoria
sobre la soledad,
este rostro
te mira entre dos columnas de agua inmóvil.
Y no sabes cuál de los te convence más.
Un rostro
Es un rostro luminoso, callado, solitario,
como una total soledad, como una total victoria
sobre la soledad,
este rostro
te mira entre dos columnas de agua inmóvil.
Y no sabes cuál de los te convence más.
martes, 29 de mayo de 2007
Fe de vida
José Luis Piquero en su libro Autopsia, Poesía 1989-2004
FE DE VIDA
Pasé, como viento en la noche, desconocido y solo
J.L.García Martín
La vida no fue nunca generosa conmigo:
no conseguí fortuna ni reconocimiento
ni merecí el calor de una mujer.
Caminé por el mundo desconocido y solo,
como quien se ha perdido en una mala noche.
El sueño que dormí
se llamaba Cansancio. Nadie supo mi nombre.
Un día desperté y ya estaba muerto.
FE DE VIDA
Pasé, como viento en la noche, desconocido y solo
J.L.García Martín
La vida no fue nunca generosa conmigo:
no conseguí fortuna ni reconocimiento
ni merecí el calor de una mujer.
Caminé por el mundo desconocido y solo,
como quien se ha perdido en una mala noche.
El sueño que dormí
se llamaba Cansancio. Nadie supo mi nombre.
Un día desperté y ya estaba muerto.
lunes, 28 de mayo de 2007
El tiempo, el implacable
Canción de Pablo Milanés : "El tiempo, el implacable"
El tiempo el implacable el que pasó
siempre una huella triste nos dejó
que violento comienzo se forjó
llevaremos sus marcas imborrables.
Aferrarse a las cosas detenidas
es ausentarse un poco de la vida
la vida que es tan corta al parecer
cuando se han hecho cosas sin querer.
En este breve ciclo en que pasamos
cada paso se da porque se siente
al hacer un recuento ya nos vamos
y la vida pasó sin darnos cuenta.
Cada paso anterior deja una huella
que lejos de borrarse se incorpora
a tu saco tan lleno de recuerdos
que cuando menos se imagina aflora.
Porque el tiempo el implacable el que pasó
siempre una huella triste nos dejó.
El tiempo el implacable el que pasó
siempre una huella triste nos dejó
que violento comienzo se forjó
llevaremos sus marcas imborrables.
Aferrarse a las cosas detenidas
es ausentarse un poco de la vida
la vida que es tan corta al parecer
cuando se han hecho cosas sin querer.
En este breve ciclo en que pasamos
cada paso se da porque se siente
al hacer un recuento ya nos vamos
y la vida pasó sin darnos cuenta.
Cada paso anterior deja una huella
que lejos de borrarse se incorpora
a tu saco tan lleno de recuerdos
que cuando menos se imagina aflora.
Porque el tiempo el implacable el que pasó
siempre una huella triste nos dejó.
El Cronista de la Red: se ha publicado el número-versión 14.0
Después de algunas vicisitudes, ya está en Internet el número-versión 14 de El Cronista de la Red. Os adelanto aquí sus contenidos y espero que os guste:
- Entrevista de Raúl Tristán a Pilar Belver, con la novela “La vendedora de tornillos” como fondo de la conversación.
- “Poemas” de Sergio Borau, con ilustraciones de Chema Lera
- “Selección de Poemas”, de Magdalena Lasala, también ilustrados por Chema Lera
- “Anatomía de ti”, poemas de Fernando Sarría y fotografías de Miguel Angel Latorre
- “Peregrino sueña miedo”, de Emilio Gil, con un dibujo de Chema Lera
- Un Poema de Safo, traducción y comentario de Rafael Lobarte
- Sobrenombres nº 8: Biografía de Odón de Buen, por Antonio Pérez Morte, y Retablo Mayor de Zuera, por Luisa Miñana
- Muestra de las tallas en madera de Mariano López Maisanava
- “Menorca”, reportaje fotográfico de Malatorre
- Voladuras nº 3, la sección de Chema Lera
- “Sudáfrica”, texto y fotografía de un viaje, por María Fustero y Jesús Ruz
- “Nuestras lenguas”, la sección que conduce Marisa Lamarca
- Libros en Aragón: reseñas de “En el Remolino” de José Antonio Labordeta y “Aprendizajes tardíos” de Fernando Aínsa
- “Nuevas Miradas”, dibujos de Sergio Moreno.
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El Cronista de la Red revista cultural
domingo, 27 de mayo de 2007
El significado de la sencillez
Yannis Ritsos en su libro Paréntesis
El significado de la sencillez
Detrás de las cosas sencillas me oculto para que me encontréis
Si no me encontráis, encontraréis las cosas.tocaréis lo que toco mi mano,
se juntarán las huellas de nuestras manos.
La luna de agosto brilla en la cocina
como el puchero estañado (esto también ocurre por lo que digo)
alumbra la casa vacía y su silencio arrodillado
-el silencio siempre está de rodillas-.
Cada palabra es una salida
hacia un encuentro, a menudo frustrada,
y es palabra verdadera, en tanto insiste en el encuentro.
El significado de la sencillez
Detrás de las cosas sencillas me oculto para que me encontréis
Si no me encontráis, encontraréis las cosas.tocaréis lo que toco mi mano,
se juntarán las huellas de nuestras manos.
La luna de agosto brilla en la cocina
como el puchero estañado (esto también ocurre por lo que digo)
alumbra la casa vacía y su silencio arrodillado
-el silencio siempre está de rodillas-.
Cada palabra es una salida
hacia un encuentro, a menudo frustrada,
y es palabra verdadera, en tanto insiste en el encuentro.
Vuelta de paseo
Federico García Lorca
Poema de la soledad en Columbia University
de Poeta en Nueva York
Vuelta de paseo
Asesinado por el cielo.
Entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.
Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.
Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.
Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.
Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!.
Poema de la soledad en Columbia University
de Poeta en Nueva York
Vuelta de paseo
Asesinado por el cielo.
Entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.
Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.
Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.
Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.
Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!.
sábado, 26 de mayo de 2007
En el claro de la luna
De Silvio Rodríguez, EN EL CLARO DE LA LUNA, canción del disco “Te doy una canción” :
En el claro de la luna
donde quiero ir a jugar,
duerme la reina fortuna
que tendrá que madrugar.
-Mi guardiana de la suerte,
sueña cercada de flor
que me salvas de la muerte
con fortuna en el amor.
-Sueña talismán querido,
sueña mi abeja y su edad:
sueña y, si lo he merecido,
sueña mi felicidad.
-Sueña caballos cerreros,
suéñame el viento del sur,
sueña un tiempo de aguaceros
en el valle de la luz.
-Sueña lo que hago y no digo,
sueña en plena libertad,
sueña que hay días en que vivo,
sueña lo que hay que callar.
Entre las luces más bellas
duerme intranquilo mi amor,
porque es su sueño de estrella
mi paso en tierra es dolor.
Más si yo pudiera serle
miel de abeja en vez de sal,
a que tentarle la suerte,
que valiera su soñar.
Suéñeme, pues, cataclismo,
sueñe golpe largo y sed,
sueñe todos los abismos,
que de otra vida no sé.
Sueño lo que hago y no digo,
sueña en plena libertad,
sueña en que hay días en que vivo,
sueñe lo que hay que callar.
Sueñe la talla del día,
del día que fui y del que soy,
que el de mañana, alma mía.
lo tengo soñado hoy.
En el claro de la luna
donde quiero ir a jugar,
duerme la reina fortuna
que tendrá que madrugar.
-Mi guardiana de la suerte,
sueña cercada de flor
que me salvas de la muerte
con fortuna en el amor.
-Sueña talismán querido,
sueña mi abeja y su edad:
sueña y, si lo he merecido,
sueña mi felicidad.
-Sueña caballos cerreros,
suéñame el viento del sur,
sueña un tiempo de aguaceros
en el valle de la luz.
-Sueña lo que hago y no digo,
sueña en plena libertad,
sueña que hay días en que vivo,
sueña lo que hay que callar.
Entre las luces más bellas
duerme intranquilo mi amor,
porque es su sueño de estrella
mi paso en tierra es dolor.
Más si yo pudiera serle
miel de abeja en vez de sal,
a que tentarle la suerte,
que valiera su soñar.
Suéñeme, pues, cataclismo,
sueñe golpe largo y sed,
sueñe todos los abismos,
que de otra vida no sé.
Sueño lo que hago y no digo,
sueña en plena libertad,
sueña en que hay días en que vivo,
sueñe lo que hay que callar.
Sueñe la talla del día,
del día que fui y del que soy,
que el de mañana, alma mía.
lo tengo soñado hoy.
jueves, 24 de mayo de 2007
Palabras con su futuro
De Luis García Montero
Palabras con su futuro
Imagínate ahora que tú y yo…
J.Gil de Biedma
La vida nunca fue precisamente
un libro abierto.
He gastado la mía en conocerte
y entenderme contigo.
Ya no quiero más dudas desiguales.prometo no insistir. Sólo te pido
el tiempo de acabar con esta copa
y esta noche sin fin,
en paz, tranquilo.
Palabras con su futuro
Imagínate ahora que tú y yo…
J.Gil de Biedma
La vida nunca fue precisamente
un libro abierto.
He gastado la mía en conocerte
y entenderme contigo.
Ya no quiero más dudas desiguales.prometo no insistir. Sólo te pido
el tiempo de acabar con esta copa
y esta noche sin fin,
en paz, tranquilo.
martes, 22 de mayo de 2007
En medio de la tierra
De Pablo Neruda en sus “Cien sonetos de amor”
C
En medio de la tierra apartaré
las esmeraldas para divisarte
y tú estarás copiando las espigas
con una pluma de agua mensajera.
¡Qué mundo! Qué profundo perejil!
Qué nave navegando en la dulzura!
Y tú tal vez y yo tal vez topacio!
Ya no habrá división en las campanas.
Ya no habrá sino todo el aire libre,
las manzanas llevadas por el viento,
el suculento libro en la enramada,
y allí donde respiran los claveles
fundaremos un traje que resista
la eternidad de un beso victorioso.
C
En medio de la tierra apartaré
las esmeraldas para divisarte
y tú estarás copiando las espigas
con una pluma de agua mensajera.
¡Qué mundo! Qué profundo perejil!
Qué nave navegando en la dulzura!
Y tú tal vez y yo tal vez topacio!
Ya no habrá división en las campanas.
Ya no habrá sino todo el aire libre,
las manzanas llevadas por el viento,
el suculento libro en la enramada,
y allí donde respiran los claveles
fundaremos un traje que resista
la eternidad de un beso victorioso.
lunes, 21 de mayo de 2007
A l´hivern abans de l´alba
De Joan Margarit en su libro "Casa de misericordia"
A l´hivern abans de l´alba
Les recordo d´infant: les portes grans,
il-luminades del mercat s´obrien
-com si fossin la mare, que no hi era-
la fosca gelada del carrer
on jo anava, poruc, cap a l´escola.
Vénen dels carrers foscos de la infancia
totes les pors del vells?
Mare, la porta gran il-iluminada
d´un nen que vas deixar massa temps sol.
En invierno antes del alba
Las recuerdo de niño, iluminadas:
aquellas grandes puertas del mercado
-eran como , mi madre, que no estaba-
se abrían a la helada oscuridad
de la calle por donde, con temor,
yo pasaba camino de la escuela.
Los miedos de los viejos, ¿vienen todos
de las calles oscuras de la infancia?
Madre, la puerta grande iluminada
de un niño al que, durante aquellos años,
dejaste demasiado tiempo solo.
A l´hivern abans de l´alba
Les recordo d´infant: les portes grans,
il-luminades del mercat s´obrien
-com si fossin la mare, que no hi era-
la fosca gelada del carrer
on jo anava, poruc, cap a l´escola.
Vénen dels carrers foscos de la infancia
totes les pors del vells?
Mare, la porta gran il-iluminada
d´un nen que vas deixar massa temps sol.
En invierno antes del alba
Las recuerdo de niño, iluminadas:
aquellas grandes puertas del mercado
-eran como , mi madre, que no estaba-
se abrían a la helada oscuridad
de la calle por donde, con temor,
yo pasaba camino de la escuela.
Los miedos de los viejos, ¿vienen todos
de las calles oscuras de la infancia?
Madre, la puerta grande iluminada
de un niño al que, durante aquellos años,
dejaste demasiado tiempo solo.
sábado, 19 de mayo de 2007
Siete Heptatiquios Nocturnos
Odiseas Elitis escribe siete heptatiquios nocturnos
I
Sueños y sueños llegaron
Por los días de los jacintos
Sueños y sueños por los albos
Insomnios de los cisnes
El rocío nace en las hojas
Como en el cielo infinito
El sentimiento sereno.
II
Centelleos favorables trajeron el silencio
Y tras el silencio una intrusa melodía
Amorosa
De sones de otros tiempos hechicera
Queda ahora la sombra que desvanece
Y su confianza resquebrajada
Y su obnubilación irremediable—allí
III
Todos los cipreses señalan medianoche
Todos los dedos
Silencio
Por fuera de la ventana abierta del sueño
Poco a poco se deslía
La confesión
Y como mirada ¡deriva hacia las estrellas!
IV
Un hombro todo desnudo
Como verdad
Cumple su exactitud
En este borde de la tarde
Que brilla toda sola
Bajo la secreta media luna
De mi nostalgia.
V
A la indefensa noche la invadieron recuerdos
Malvas
Rojos
Amarillos
Sus abiertos brazos se llenaron de sueño
Sus reposados cabellos de viento
Sus ojos de silencio
VI
Inescrutable noche amargura sin término
Párpado insomne
Antes de encontrar sollozo arde el dolor
Antes del equilibrio se inclina el desastre
Espera a la que la muerte espera
Como el silogismo del vano meandro
En el delantal de su destino se tritura
VII
La diadema de la luna en la frente de la noche
Cuando se reparten las sombras la superficie
de la visión
Y el dolor medido por ejercitado oído
Sin quererlo se desploma
Sobre la idea que se inutiliza por el melancólico
Toque de queda.
I
Sueños y sueños llegaron
Por los días de los jacintos
Sueños y sueños por los albos
Insomnios de los cisnes
El rocío nace en las hojas
Como en el cielo infinito
El sentimiento sereno.
II
Centelleos favorables trajeron el silencio
Y tras el silencio una intrusa melodía
Amorosa
De sones de otros tiempos hechicera
Queda ahora la sombra que desvanece
Y su confianza resquebrajada
Y su obnubilación irremediable—allí
III
Todos los cipreses señalan medianoche
Todos los dedos
Silencio
Por fuera de la ventana abierta del sueño
Poco a poco se deslía
La confesión
Y como mirada ¡deriva hacia las estrellas!
IV
Un hombro todo desnudo
Como verdad
Cumple su exactitud
En este borde de la tarde
Que brilla toda sola
Bajo la secreta media luna
De mi nostalgia.
V
A la indefensa noche la invadieron recuerdos
Malvas
Rojos
Amarillos
Sus abiertos brazos se llenaron de sueño
Sus reposados cabellos de viento
Sus ojos de silencio
VI
Inescrutable noche amargura sin término
Párpado insomne
Antes de encontrar sollozo arde el dolor
Antes del equilibrio se inclina el desastre
Espera a la que la muerte espera
Como el silogismo del vano meandro
En el delantal de su destino se tritura
VII
La diadema de la luna en la frente de la noche
Cuando se reparten las sombras la superficie
de la visión
Y el dolor medido por ejercitado oído
Sin quererlo se desploma
Sobre la idea que se inutiliza por el melancólico
Toque de queda.
viernes, 18 de mayo de 2007
He buscado en los desiertos del alma
He buscado en los desiertos del alma,
esos sitios donde se esconden las preguntas
y que siempre sirven de desván
para abandonar todos los silencios.
Allí, trastornado por el fuego,
la vanidad me ha regalado una frase:
“tantas veces como quieras vas a perder”
y en sus ojos azules he visto la inmensidad,
el vértigo de la lluvia y las huellas
inconfundibles de la derrota.
esos sitios donde se esconden las preguntas
y que siempre sirven de desván
para abandonar todos los silencios.
Allí, trastornado por el fuego,
la vanidad me ha regalado una frase:
“tantas veces como quieras vas a perder”
y en sus ojos azules he visto la inmensidad,
el vértigo de la lluvia y las huellas
inconfundibles de la derrota.
jueves, 17 de mayo de 2007
El puente que cruza la luna
De Tess Gallagher el poema que da titulo al libro “El puente que cruza la luna”
Si me quedo mucho rato junto al río
en noches de luna,
no creáis que mi atención obedece
a lo meramente estético, aunque
eso salve a la luz del día.
Sólo lo que alguna vez llamamos adoración
tiene los pies lo bastante ligeros como para transportar
a los vivos por esa brecha de fulgor.
Y quién dirá que no he cruzado el puente
por que lo haya utilizado como testigo,
para que el agua siguiera siendo agua
y las incongruencias de la luna cartografiaran
la unión de la que estaba segura.
Si me quedo mucho rato junto al río
en noches de luna,
no creáis que mi atención obedece
a lo meramente estético, aunque
eso salve a la luz del día.
Sólo lo que alguna vez llamamos adoración
tiene los pies lo bastante ligeros como para transportar
a los vivos por esa brecha de fulgor.
Y quién dirá que no he cruzado el puente
por que lo haya utilizado como testigo,
para que el agua siguiera siendo agua
y las incongruencias de la luna cartografiaran
la unión de la que estaba segura.
miércoles, 16 de mayo de 2007
Tratabas
Almudena Vidorreta
Tratabas de arrancarme la piel a tiras,
convertirme en un abrigo y exhibirme.
Pero no pudiste hacerlo después de todo:
una zorra no es suficiente.
Tratabas de arrancarme la piel a tiras,
convertirme en un abrigo y exhibirme.
Pero no pudiste hacerlo después de todo:
una zorra no es suficiente.
martes, 15 de mayo de 2007
Pero no aprendemos
De Brenda Azcoz
Pero no aprendemos
los que tenemos la memoria porosa y ennieblada,
que a pesar de recordar, olvidamos,
y los momentos entran y salen,
y se burlan y escapan, como frente a opacos espejos de
feria.
Y no aprendemos.
Pero no aprendemos
los que tenemos la memoria porosa y ennieblada,
que a pesar de recordar, olvidamos,
y los momentos entran y salen,
y se burlan y escapan, como frente a opacos espejos de
feria.
Y no aprendemos.
domingo, 13 de mayo de 2007
Estamos hablando de la libertad
Canción de LA BULLONERA
Estamos hablando de la Libertad
Letra de Mariano Anós
Música de Javier Maestre.
Una vez más aquí,
en un tiempo de vida
y en un lugar de España, como tantos,
junto al agua del Ebro, por ejemplo,
navegando el agua clara de tu cuerpo.
-Estamos hablando de la libertad-
Una vez más aquí,
en esta historia encontrada
recuerdo y no recuerdo lo que nunca he vivido:
un hoy posible. Un hoy posible.
Porque nunca he vivido
lo que me han sepultado abiertamente
en tumba de dos palos
y en tumba de granito
y en tumbas numerosas de terror.
Y llevan puntualmente
más tumbas a su tumba
y más palos.
Es un hecho.
Yo llevo, que no es mucho,
unas palabras como puños, oscuramente,
en una especie de alegre confianza.
de alegre confianza.
-Estábamos hablando de la libertad-
Estamos hablando de la Libertad
Letra de Mariano Anós
Música de Javier Maestre.
Una vez más aquí,
en un tiempo de vida
y en un lugar de España, como tantos,
junto al agua del Ebro, por ejemplo,
navegando el agua clara de tu cuerpo.
-Estamos hablando de la libertad-
Una vez más aquí,
en esta historia encontrada
recuerdo y no recuerdo lo que nunca he vivido:
un hoy posible. Un hoy posible.
Porque nunca he vivido
lo que me han sepultado abiertamente
en tumba de dos palos
y en tumba de granito
y en tumbas numerosas de terror.
Y llevan puntualmente
más tumbas a su tumba
y más palos.
Es un hecho.
Yo llevo, que no es mucho,
unas palabras como puños, oscuramente,
en una especie de alegre confianza.
de alegre confianza.
-Estábamos hablando de la libertad-
viernes, 11 de mayo de 2007
Pequeña serenata diurna
De Silvio Rodriguez, Pequeña serenata diurna
Vivo en un país libre
cual solamente puede ser libre
en esta tierra, en este instante,
y soy feliz, porque soy gigante.
Amo a una mujer clara
que amo y me ama sin perder nada
o casi nada ( que no es lo mismo)
pero es igual.
Y si esto fuera poco
tengo mis cantos que, poco a poco
muelo y rehago habitando el tiempo
como le cuadra a un hombre despierto.
Soy feliz, soy un hombre
feliz, y quiero que me perdonen
por este día
los muertos de mi felicidad.
Vivo en un país libre
cual solamente puede ser libre
en esta tierra, en este instante,
y soy feliz, porque soy gigante.
Amo a una mujer clara
que amo y me ama sin perder nada
o casi nada ( que no es lo mismo)
pero es igual.
Y si esto fuera poco
tengo mis cantos que, poco a poco
muelo y rehago habitando el tiempo
como le cuadra a un hombre despierto.
Soy feliz, soy un hombre
feliz, y quiero que me perdonen
por este día
los muertos de mi felicidad.
jueves, 10 de mayo de 2007
Para vivir
De Pablo Milanés su canción PARA VIVIR:
Muchas veces te dije que antes de hacerlo
había que pensarlo muy bien
que esta unión de nosotros
le hacia falta, carne y deseo también
que no bastaba que me entendieras
y que murieras por mí
que no bastaba que en mi fracaso
yo me refugiara en ti.
Y ahora ya ves lo que paso
al fin nació, al pasar de los años
el tremendo cansancio que provoco ya en ti,
y aunque es penoso lo tienes que decir.
Por mi parte esperaba
que un día el tiempo se hiciera cargo del fin
si así no hubiera sido
yo habría seguido jugando a hacerte feliz
y aunque el llanto es amargo piensa en los años
que tienes para vivir,
que mi dolor no es menos y lo peor
es que ya no puedo sentir
y ahora tratar de conquistar
con vano afán este tiempo perdido
que nos deja vencidos sin poder conocer
eso que llaman amor
para vivir.
Para vivir...
Muchas veces te dije que antes de hacerlo
había que pensarlo muy bien
que esta unión de nosotros
le hacia falta, carne y deseo también
que no bastaba que me entendieras
y que murieras por mí
que no bastaba que en mi fracaso
yo me refugiara en ti.
Y ahora ya ves lo que paso
al fin nació, al pasar de los años
el tremendo cansancio que provoco ya en ti,
y aunque es penoso lo tienes que decir.
Por mi parte esperaba
que un día el tiempo se hiciera cargo del fin
si así no hubiera sido
yo habría seguido jugando a hacerte feliz
y aunque el llanto es amargo piensa en los años
que tienes para vivir,
que mi dolor no es menos y lo peor
es que ya no puedo sentir
y ahora tratar de conquistar
con vano afán este tiempo perdido
que nos deja vencidos sin poder conocer
eso que llaman amor
para vivir.
Para vivir...
martes, 8 de mayo de 2007
Hay dos Españas
León Felipe en “Ganaras la luz” el poema:
HAY DOS ESPAÑAS
Hay dos Españas: la del soldado y la del poeta. La de la espada fraticida y la de la canción vagabunda. Hay dos Españas y una sola canción. Y esta es la canción del poeta vagabundo:
Soldado, tuya es la hacienda,
la casa,
el caballo
y la pistola.
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo y me dejas desnudo y errante por el mundo…
Más yo te dejo mudo… ¡mudo!
Y ¿cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?
HAY DOS ESPAÑAS
Hay dos Españas: la del soldado y la del poeta. La de la espada fraticida y la de la canción vagabunda. Hay dos Españas y una sola canción. Y esta es la canción del poeta vagabundo:
Soldado, tuya es la hacienda,
la casa,
el caballo
y la pistola.
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo y me dejas desnudo y errante por el mundo…
Más yo te dejo mudo… ¡mudo!
Y ¿cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?
lunes, 7 de mayo de 2007
Que diera por esconderme
Magdalena Lasala en su nuevo libro "Y ahora tú pasas tu mano osadamente" nos deja este poema: QUE DIERA POR ESCONDERME
Qué diera por esconderme un día bajo
la mesa de tu despacho
rival de mi fiebre
y esperar callada a que llegaras
ocupado, como siempre.
Ellos se sentarían al otro lado,
tú vendrías a tu sillón y no dirías nada
tragando el respingo de verme
ahí abajo recibiendo
lo oculto de tu cuerpo
sin remedio.
Te sabrías
a merced de mi presencia secreta,
a mi merced ese fruto
que recoges todos los días
bajo esa misma mesa, en medio
de tu reunión.
Controla ese rojo que te sube por el rostro
y acostúmbrate a mirar
antes de sentarte
en tu sillón de importante.
Qué diera por esconderme un día bajo
la mesa de tu despacho
rival de mi fiebre
y esperar callada a que llegaras
ocupado, como siempre.
Ellos se sentarían al otro lado,
tú vendrías a tu sillón y no dirías nada
tragando el respingo de verme
ahí abajo recibiendo
lo oculto de tu cuerpo
sin remedio.
Te sabrías
a merced de mi presencia secreta,
a mi merced ese fruto
que recoges todos los días
bajo esa misma mesa, en medio
de tu reunión.
Controla ese rojo que te sube por el rostro
y acostúmbrate a mirar
antes de sentarte
en tu sillón de importante.
domingo, 6 de mayo de 2007
El vendedor de rosas
* Joan Margarit. Casa de Misericordia. Visor, 2007.
El venedor de roses
Solitari i furtiu, l´home del ram
va pels locals nocturnes buscant parelles.
L´he trobat pels carrers vora la Rambla
amb unes roses sense olor de roses
en una nit que no fa olor de nit.
M´he perdut pels darrereres de la vida.
Una dona en la fosca que no ets tu
t´ha pres els ulls i plora. La ciutat
es una exacta i monstruosa còpia.
Como si Cupido ja s´hagués fet vell,
Passa escopint el vendor de roses.
Mentre s´allunya penso: al teu amor
no li perdonis res. Ni el seu final.
El vendedor de rosas
Solitario y furtivo, con su ramo,
va a locales nocturnos en busca de parejas.
Lo he encontrado en las calles cercanas a la Rambla
con unas rosas sin olor a rosas
en una noche sin olor a noche.
Me perdí en las traseras de la vida.
Una mujer que no eres tú, en la sombra,
te ha robado los ojos y llora. La ciudad
es una exacta y monstruosa copia.
Como un Cupido viejo,
pasa escupiendo el vendedor de rosas.
Mientras se aleja, pienso que a tu amor
no le perdones nada. Ni el final.
El venedor de roses
Solitari i furtiu, l´home del ram
va pels locals nocturnes buscant parelles.
L´he trobat pels carrers vora la Rambla
amb unes roses sense olor de roses
en una nit que no fa olor de nit.
M´he perdut pels darrereres de la vida.
Una dona en la fosca que no ets tu
t´ha pres els ulls i plora. La ciutat
es una exacta i monstruosa còpia.
Como si Cupido ja s´hagués fet vell,
Passa escopint el vendor de roses.
Mentre s´allunya penso: al teu amor
no li perdonis res. Ni el seu final.
El vendedor de rosas
Solitario y furtivo, con su ramo,
va a locales nocturnos en busca de parejas.
Lo he encontrado en las calles cercanas a la Rambla
con unas rosas sin olor a rosas
en una noche sin olor a noche.
Me perdí en las traseras de la vida.
Una mujer que no eres tú, en la sombra,
te ha robado los ojos y llora. La ciudad
es una exacta y monstruosa copia.
Como un Cupido viejo,
pasa escupiendo el vendedor de rosas.
Mientras se aleja, pienso que a tu amor
no le perdones nada. Ni el final.
sábado, 5 de mayo de 2007
Los días y la nieve
Poema de Marta Navarro titulado “Los días y la nieve”
Atardece en la colina de tus labios.
El húmedo viento de abril
nos devuelve
las horas perdidas,
los días furtivos,
todo el amor incautado
sin previo aviso.
Atardece,
y son las cálidas
huellas del deseo
las que abren manantiales
y fronteras de fuego.
Murmullos de jade recorren caminos
largo tiempo inescrutables.
Atardece,
y en tus labios empieza la aventura.
Atardece en la colina de tus labios.
El húmedo viento de abril
nos devuelve
las horas perdidas,
los días furtivos,
todo el amor incautado
sin previo aviso.
Atardece,
y son las cálidas
huellas del deseo
las que abren manantiales
y fronteras de fuego.
Murmullos de jade recorren caminos
largo tiempo inescrutables.
Atardece,
y en tus labios empieza la aventura.
viernes, 4 de mayo de 2007
Puerto de Santa María y Campana
José Barroeta en su libro TODOS HAN MUERTO
Puerto de Santa María y Campana
Llueve, llueve en el puerto, en el cuerpo
en el silencio.
Mi madriguera de hojas azules voltea
naufraga en el porvenir de la lluvia y de las vocales
abiertas en la tierra firme.
Llueve y gime la palabra
el corazón de los peces en la boca de ostra
la oración y la iglesia destruida por una lluvia
que no llega y sin embargo llueve.
Mi ombligo de Dios es una tienda húmeda
nos custodia de las aguas lejanas y del ventarrón
de la niebla
en una colina desconocida.
En mí están lloviendo los ojos
y como siempre doblo.
Puerto de Santa María y Campana
Llueve, llueve en el puerto, en el cuerpo
en el silencio.
Mi madriguera de hojas azules voltea
naufraga en el porvenir de la lluvia y de las vocales
abiertas en la tierra firme.
Llueve y gime la palabra
el corazón de los peces en la boca de ostra
la oración y la iglesia destruida por una lluvia
que no llega y sin embargo llueve.
Mi ombligo de Dios es una tienda húmeda
nos custodia de las aguas lejanas y del ventarrón
de la niebla
en una colina desconocida.
En mí están lloviendo los ojos
y como siempre doblo.
jueves, 3 de mayo de 2007
No es que muera de amor, muero de ti
Poema de Jaime Sabines
No es que muera de amor, muero de ti
No es que muera de amor, muero de ti
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto , interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
Inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
No es que muera de amor, muero de ti
No es que muera de amor, muero de ti
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto , interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
Inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
miércoles, 2 de mayo de 2007
El deseo de la victoria
De Manuel Vilas en su libro "El rumor de las llamas" el poema titulado EL DESEO DE LA VICTORIA
Cuanto fue la vida de un hombre,
los años entregados a amistades efímeras
y a trabajos insidiosos, a amantes perdidos,
las calles y las luces, las noches y las alcobas
sedientas de mi sangre, los viajes y las tardes
pasadas en casas vacías, en hoteles derrumbados,
los nombres cambiados de las plazas,
hallan inmenso sentido en este deslumbramiento
por la vida, en la pasión en cómo miraste
por vez primera la desnudez de lo que amabas
y en cómo elegiste el inclemente destino de la poesía
y en cómo te entregaste
con la ceguera irremediable de la juventud
a los amores imposibles.
No importa que tu mundo se extinga,
cuando sobre el pomo dorado de la puerta
depositas tu mano vencida,
aquella que poseyó los cuerpos mejores
y supo desvelar, cuando llegó su hora,
la ruina de la luz y la victoria del tiempo.
No importa que este horizonte enemigo
Se yerga cubriéndolo todo,
más veloces que los días son las sombras
y éstas nunca mueren.
.
Cuanto fue la vida de un hombre,
los años entregados a amistades efímeras
y a trabajos insidiosos, a amantes perdidos,
las calles y las luces, las noches y las alcobas
sedientas de mi sangre, los viajes y las tardes
pasadas en casas vacías, en hoteles derrumbados,
los nombres cambiados de las plazas,
hallan inmenso sentido en este deslumbramiento
por la vida, en la pasión en cómo miraste
por vez primera la desnudez de lo que amabas
y en cómo elegiste el inclemente destino de la poesía
y en cómo te entregaste
con la ceguera irremediable de la juventud
a los amores imposibles.
No importa que tu mundo se extinga,
cuando sobre el pomo dorado de la puerta
depositas tu mano vencida,
aquella que poseyó los cuerpos mejores
y supo desvelar, cuando llegó su hora,
la ruina de la luz y la victoria del tiempo.
No importa que este horizonte enemigo
Se yerga cubriéndolo todo,
más veloces que los días son las sombras
y éstas nunca mueren.
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