martes, 8 de septiembre de 2009
Donde el tiempo se transforma en aliento
Veintiuna soledades como los siglos.
Inmortales, pasean por la calle
que un día fue mina, plantación
o circo romano.
Veintiuna veces cien para transcurrir.
Karmas y mancias
y tú, que te crees libre.
Veintiuna jornadas y siete días de espera
hasta que la luna enrojece contigo.
Días, meses, ciclos.
Eterno, el tiempo. Finitos, cada vida y
cada orgasmo que nos libera.
Como tu condensado aliento en la ventanilla de un tren.
Carlota Ex-nihilo
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