lunes, 22 de febrero de 2010
AGENDA
¡Oh, sí! ¡Trazamos tantos planes…!
Consumimos auroras a la espera
de no sé qué festejos anhelados,
focos y parusías
se estrellaban al pie de la autopista
rotos a doscientos kilómetros por hora.
Aún no nadaban en mi semen los espermatozoides
que te harían fecunda
y ya habíamos escogido
los nombres de toda nuestra tribu, la casa junto al mar
en la que envejecer como dos sabios,
la piedra de las lápidas.
Mientras los días morían tibios y malgastados,
tú y yo nos afanábamos à la recherche du temps futur.
Enrique Cebrián
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