De J.A. Valente el poema EL DESEO ERA UN PUNTO INMÓVIL...
Los cuerpos se quedaban del lado solitario del amor
como si uno a otro se negasen sin negar el deseo
y en esa negación un nudo más fuerte que ellos mismos
indefinidamente los uniera.
¿Qué sabían los ojos y las manos,
qué sabía la piel, qué retenía un cuerpo
de la respiración del otro, quién hacía nacer
aquella lenta luz inmóvil
como única forma del deseo?
sábado, 23 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Un gran poema "Quién hacía nacer aquella lenta luz inmóvil".
Bella pregunta, Fernando.
Besos para los dos.
Ellos, que sólo eran sombras de dudas.
NO está mal, pero le falta hacer acopio de alguna certeza.
Olimpia.
Publicar un comentario