martes, 10 de mayo de 2011

Sin llamar





Entra en mi cuerpo ordenado,
recorre los cuartos y balcones
proyectados al revés.
Mis salones están llenos de vitrinas,
cristales de tierra y espejos.
Una azotea de conchas de mar
y arena en la boca,
una manta de pasto azul
en el bajo vientre.
Siete pasillos ciegos
llevan a mi nada,
a mi útero asombrado
de tanta soledad.
Camina por él.
Hiérelo, si quieres.
Si quieres, cómetelo
o duérmete en su vacío.


Carmen Ruiz


1 comentario:

Roxana dijo...

Preciosa poesía, que decir ante tanta palabra perfecta.
Saludos Fernando y gracias por traer a Carmen Ruíz.