lluvia, frío, viento
y a veces algo de nieve
ese era el panorama
del que disfrutamos
hace poco en Praga,
mi chica y yo
errábamos por
calles con aristas kafkianas
y yo iba hundido:
las noticias no eran buenas
durante aquellos paseos
luchaba por no desmoronarme
sólo podía pensar en
algunos versos sueltos
de javier das y de
ana pérez cañamares
no dejaba de imaginar
qué aspecto tendría ella
cuando se quedara sin pelo
y sin fuerzas por la quimio
ella:
me refiero a mi madre,
la que me dio la vida
esta vida que aún sufre,
este corazón hecho jirones
allá, perdido en algún rincón
de las calles grises de Praga.
José Ángel Barrueco
domingo, 11 de diciembre de 2011
la fuente de la vida
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