lunes, 12 de diciembre de 2011
Una grieta se abrió en mí como una lágrima
Una grieta se abrió en mí como una lágrima.
Desgarró mi desnudez,
mi perfecta simetría.
Y fue
agrietándose la noche,
el tiempo
agrietado;
los misterios,
agrietados;
los soles
chorreando cenizas
por las grietas.
Los despojos,
los miedos,
todos los vértigos,
agrietados.
Y fue en mí sedienta herida
para beber a sorbos el rocío
y sus reflejos dorados,
para respirar
la inmensidad sin grietas
y abrir
aquel jardín perpetuamente ahogado.
Y libre, por fin, sin equipajes,
sin despedidas,
volar,
surgir,
llegar
al otro lado.
Inés Ramón
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1 comentario:
Muy bello Ines Felicidades.
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