miércoles, 1 de agosto de 2012

El párvulo no temerá


El párvulo no temerá. La piedra no dará en su sien. No habrá una monja que restañe su herida. El calvero al que escapaba con su amante para saber, esto es lo que permanecerá, y el amor, y la música. No aprenderá la a, ni la e, no aprenderá que dos más dos es quizá cuatro, ni verbo ni predicado, no rezará más el padrenuestro cada día al comenzar las clases. No hay Dios en el calvero, no hay Dios en el beso proscrito. El párvulo no temerá. Su sien descicatrizada dormirá en la hierba mientras ella vela a su lado, resplandeciente, cepillándose el cabello.


Juan Manuel Uría


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