domingo, 16 de septiembre de 2012

Café de domingo





(A Carmen Utrera, por su amistad y su cariño.
Por los cafés con risas de cada domingo)


Para aquellos que me apuñalarían
sin ningún remordimiento.
Para quienes empuñan
la daga de la envidia
y la clavan certera al corazón.
Para esos que sufren
cuando ríe la vida en mi ventana.
Para los que anudan sus redes
con palabras que nunca pronuncié
y las dan al mercado de la maledicencia.
Para los seres frágiles
que no soportan ver brillar la luz,
hoy comunico:
es domingo. ¡Es domingo!

Me espera un café largo
y una charla entre amigas.
Y mientras ordenamos el mundo
y ponemos cada paz en su sitio,
cada risa en su estante,
comunico: no habrá nada ni nadie
que me pueda amargar este café.




Blanca Langa


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