martes, 17 de marzo de 2009
Dos poemas de Ángel Guinda
NO
Soy un claro interior, el porvenir
de una puerta que siempre está atrancada.
La trampa de vivir y ver morir.
Contra la destrucción de la conciencia
bramo, reviento, clavo en Dios los codos.
Soy un zarpazo roto de paciencia.
Una luz que, arañando los escombros,
borra la niebla y sigue hacia adelante.
Un hombre con la sombra hasta los hombros.
Como hambre y bebo sed con todos
los condenados a escarbar la nada.
Esto no es un poema, es un desplante.
Profundamente grito un no rotundo.
Yo no quiero vivir en este mundo.
CAJAS
Lo diría una indígena y tendría razón.
“Ustedes tienen la vida organizada en cajas.
Nacen y les dejan en una cajita,
su casa es una caja, y las habitaciones
son cajas más pequeñas.
Suben a la casa en una caja,
bajan a la calle en una caja.
Viajan en una caja.
Duermen y hacen el amor sobre una caja.
A través de una caja ven el mundo.
Cambian de casa: lo meten todo en cajas.
Y cuando mueren
les introducen también en una caja.
Los Bancos y las Cajas tienen caja,
los establecimientos tienen y hacen caja.
Todo está hecho para que encajemos.
Nos encajan la vida.
Algunos no encajamos, y nos desencajamos.
Ángel Guinda
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2 comentarios:
NO, Ángel, a mí tampoco me gusta este mundo en ocasiones, pero en otras es hermoso.
Y para colmo, algunos coleccionan cajitas, tiene bemoles.
Me gusta la acidez de tus poemas, y me divierte.
Besos para los dos.
Tus poesías tienen fuerza y vida. Me gustan, las siento.
Te envidio a ti y a todos los poetas.
Moitos bicos.
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