sábado, 21 de marzo de 2009

Y ERES COMO UN PRETEXTO




Y eres como un pretexto para que yo medite
y yo soy un pretexto de pena que te infieres,
y en medio esa tristeza de hombres y de mujeres
que es casi todo cuanto la vida nos permite;

pero tú y yo sabemos que cuando el mar se irrite,
de toda esta comedia poblada de alfileres
quedará la leyenda pequeña de dos seres
que se amaron, aunque ello jamás nos resucite;

ahora estamos logrando la imperfección, mañana
seremos el perfecto sollozo planetario,
el no ser y el no amar y el no temer, hermana;

vivir es componer una música muerta,
pero llevarle flores, rezarle así, a diario,
quizá equivalga a oírla, como si fuera cierta.



Félix Grande


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tampoco se trata aquí de cantar un réquiem que resucite. Pero que grande es pensar que vivió como quiso y murió como pudo. La gran leyenda de la tormenta del alma, un par de almas atormentadas que no descansan porque no quieren morir en silencio. Siempre vivos en algún corazón

Besos

Anónimo dijo...

sin más pena que la necesaria para honrar al muerto