Mis recuerdos recorren calles entre casas de adobe
y se difuminan en blanco y negro.
Voces que reverdecen en el agua del
viejo caño, al ritmo de su caída monocorde
estrellándose en la piedra horadada y pulida,
recubierta de verdín suave y
caracoles negros adheridos en sus bordes.
Ecos del pasado que siguen mis pasos por cada
piedra vieja que dejo atrás.
Y en el aire cálido, una voz lejana en salmodia
hace que una sonrisa asome a mis labios...
“Tintirira tintirirero, valiente juego tenemos
amagar y no dar...”
Comienza a anochecer, mi mente se llena de sonidos
de ayer, esquilas, cencerros, algarabías de chiquillos
correteando calle abajo tras las cabras y sus balidos,
después...
Silencio.
Anochece en mis recuerdos, que se funden
en blanco y negro, en casas de adobe,
en ecos del pasado.
Isabel Sánchez Hidalgo
jueves, 22 de marzo de 2012
RECUERDOS
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