lunes, 16 de septiembre de 2013
Fogonazos
No eres protagonista de una novela larga
con coherencia, nudo y desenlace.
Vives a retales sueltos
que te dejan un impacto súbito
hasta el siguiente fragmento.
Lees un poema
que dura en tu retina
lo que un soplo o un orgasmo.
Después coges el coche,
echas gasolina, maldices
por costumbre al gobierno,
esquivas las tripas dispersas
de un perro en el asfalto,
que duran en tu retina
lo que un soplo o un orgasmo.
Estela Aguilar Jiménez
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