I
Si la muerte piensa en mí
que se olvide de los miedos
con los que se alimenta,
podrá dejarme
sin la próxima primavera
o sin sentir la risa
de mi descendencia,
pero no impedirá que ocurra.
II
El miedo es el fruto de
el no querer irse y de
el no tener de los que se quedan.
La muerte nutre ese miedo
para alimentarse,
sólo necesitamos
una ráfaga de generosidad
y habremos vencido.
Reme Alvarez Díaz
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