lunes, 12 de abril de 2010
Mi boca
Mi boca
mastica las sílabas de tu fronda al pronunciarte.
Lenta,
se jacta de ser dueña de la porción de clepsidra que te atrapa con mis dedos.
Contumaz,
vigila el estigma crecido en el desierto de la ausencia.
Hambrienta,
vaticina la inexistencia de tu cuerpo sobre el oráculo de la palabra.
Laura Gómez Recas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Lentitud, contumacia y avidez.
¿Puede pedirse más a una boca?
Y menos tras la belleza que manifiestan estos versos.
Bello, Laura.
Besos.
Gracias Ybris. El secreto está en la belleza... del sentimiento.
Laura
Me gusta especialmente la construcción del poema, Laura.
Abrazos.
Laura, te mereces todo el espacio que te asignen en este blog. Tu poesía es profunda y tus metáforas son, como siempre, espléndidas. Tú eres contumaz, pero no lenta, porque creas poesía a enorme velocidad. Deberías publicar un diccionario de metáforas, de modo que nosotros, intercalando algún sutil pensamiento, podríamos hábilmente ser capaces de seguirte de cerca. Un abrazo muy fuerte.
Emilio, el poema es casi virgen. Natural como la vida misma. Su estructura es selvática. ¡Prueba de fuego! La pasó.
Un abrazo,
Laura
Fernando, no sé si merezco ese piropo poético a ras de nube; pero, por él, te doy mil gracias. Y otras mil por seguirme hasta aquí.
Besos.
Laura
Una boca que se sabe de lo que es capaz. Buenísimo. Un abrazo
Laura, dos poemas que he disfrutado con su lectura.
El 2º me ha gustado especialmente por el ritmo contundente al mezclar verso corto, verso largo y la imagen de verso final especialmente lograda.
Te felicito y te envío un abrazo.
:o) Abrazos, Jaud.
Sí, José Antonio. Está bien experimentar con el sonido, jugando con el largo de los versos, sin descuidar un cierto ritmo.
Bueno... todo está inventado. Pero hay que experimentarlo.
Un abrazo,
Laura
Publicar un comentario